Título: Godzilla
Título en Serbia: Godzila
Director: Gareth Edwards
Año: 2014
Intérpretes: Bryan Cranston (Joe Brody), Aaron
Taylor-Johnson (Ford Brody), Elizabeth Olsen (Elle Brody), Ken Watanabe (Dr.
Serizawa), Juliette Binoche (Sandra Brody)
Calificación (sobre 10): 7
Antes de empezar con nada, que quede clara una cosa: no he
visto una película de Godzilla de la Toho en mi puta vida. En su momento
intenté echarle un ojo a Godzilla vs. Mothra, pero acabé saltándome cachos con el
flash-forward porque me abu
rría considerablemente, y de hecho, lo más cerca que
he estado de ver un kaiju-eiga de los de antaño es una película de Gamera, el
primo japonés de Godzilla, que pusieron en un festival de cine malucho en
Madrid, largometraje que tampoco se puede decir que lo visionara al completo,
pues lo pasaron a las diez y pico de la mañana, y estaba más preocupado por
recuperar el sueño perdido por el madrugón que de tragarme las aventuras de la
tortuga voladora espacial. Aun así, reconozco como cualquier persona con dos
dedos de frente la aportación de Godzilla al cine fantástico y a la mitología
popular de hoy en día.
¿A cuento de qué viene esto? Pues a la misma cantinela de
siempre. A que no se que coño se espera la gente cuándo se mete a ver una
película de este tipo. Pasó lo mismo con Pacific Rim. Yo entré buscando una
peli en la que robots gigantes y monstrencos enormes se curtieran la cara a
ostias durante dos horas y salí encantado. Aquel que entrara buscando una
historia profunda y unos personajes con un desarrollo super trabajado saldría
decepcionadísimo. Pues lo mismo pasa con este Godzilla. Aquel que entre
buscando una peli en la que el protagonista es el monstruo y este destroza todo
a su paso saldrá encantado seguro. El que busque una peli en la que las personas,
la trama y el desarrollo de los personajes predominen sobre el carisma del
monstrenco pues acabarán pensando que es una real mierda. Las cosas son así.
Pero antes de entrar a hablar en profundidad, la sinopsis.
Años atrás, un accidente en una central nuclear japonesa acabó con la vida de
Sandra Brody. En la actualidad, su esposo Joe se niega a creer que dicho
accidente fuera debido a causas naturales y acaba arrastrando a su hijo Ford a
una investigación que desemboca en un descubrimiento sorprendente: en este
mundo hay criaturas que superan por mucho los mayores temores de los hombres, y
cuando estos monstruos quedan libres para desatar el caos sobre la Tierra, la
naturaleza llama a su propio campeón para restaurar el equilibrio, aquel que
esta en la cima de la cadena alimenticia, el rey de los monstruos, Gojira. La
batalla está servida.
Una de los mayores logros de la película para mi gusto es
que, al contrario que su anterior versión americanizada, ese Godzilla de Roland
Emmerich que tantos defectos tenía, no se molesta en buscar un orígen
“realista” para la criatura. En esta versión, Godzilla no es una iguana mutada
por las radiaciones de las pruebas nucleares del
Pacífico ni pollas,
simplemente ha estado en este planeta prácticamente desde que el mundo es
mundo, oculto a la humanidad, viviendo en las profundidades del océano y, como
bien he dicho en las sinopsis, únicamente sale a la superficie cuando el
equilibrio de la naturaleza es alterado por la presencia de otra criatura
monstruosa como él (lo que en el fondo no es más que una sucia excusa para
poner a los dos monstruos a luchar en un mismo sitio). Y aún hay más. Aquí la
radiación nuclear es para Godzilla como una picadura de mosquito, le puedes
tirar veinticinco bombas atómicas que no le vas a hacer ni pupa, y de hecho,
los enemigos del lagartito en la peli utilizan dicha radiación como alimento
(esto lo justifican en la película diciendo que dichas criaturas y el propio
Godzilla estaban adaptados a vivir en una tierra prehistórica en la que los niveles
de radiación eran mucho más altos que los actuales). Con todo esto quiero dejar
clara una cosa, la película ha abandonado cualquier aspecto de realismo puro y
duro que pudiera ofrecer para meterse de lleno en el género fantástico, en la
ciencia ficción absoluta. No es una película en la que los seres humanos tengan
importancia (aunque se les intente dar en la misma),es una peli hecha por y
para los monstruos. Y es que, cómo comentaré más adelante, el hecho de que los
personajes no despierten empatía alguna no tiene que ser un defecto, es más,
crea un mayor énfasis en el ya de por sí carismático Godzilla. El ninguneo de
la figura humana engrandece aún más la figura del monstruo. Y el que no quiera
ver esto pues más le valiera mirar hacia otro lado y dejar de negar la
realidad.
Y ahora que tenemos situado el contexto de la criatura en la
película, hay que pararse en el propio diseño del Godzilla, porque eso es para
darle de comer aparte. Se que cada vez que estrenan una superproducción de este
tipo digo lo mismo, pero es que es la puta verdad: los efectos especiales están
alcanzando unos niveles de espectacularidad estratosféricos, hasta el punto de
que uno se llega a preguntar como coño van a verse superados en el futuro. Y es
que una de las mejores cosas que puede hacer un futuro espectador de Godzilla
es no ver ni trailers, ni fotos ni nada que revele el aspecto del monstruo
fuera del propio largometraje. Porque desde luego, la sensación que provoca la
primera aparición completa del monstruo deja al espectador con la boca abierta,
porque no recuerdo haber visto jamás a un Godzilla tan masivo, tan gigantesco
y, además, en plena acción, dándose de ostias con monstruos igual de grandes
que él mientras los edificios caen cómo palillos y la gente muere a centenares.
Que no es nada nuevo, pero verlo con la calidad de los efectos especiales de
hoy en día es algo fabuloso.
En cuanto al propio diseño del monstruo, me recuerda
bastante al original, con sus brazitos, sus piernas gorditas, e incluso lo que
es la cara de la criatura se me asemeja mucho a la original, lo cual es bueno,
tanto porque no es un rediseño chusco como el del Godzilla de Emmerich, como
por el respeto implícito al material original que hay en esta interpretación
con tan pocos cambios respecto al diseño clásico.
En cuanto al monstruo enemigo, el Muto, considero que,
aunque también esta hecho cojonudamente, resulta una criatura bastante menos
original de lo que esperaba encontrar, e incluso, por momentos, creí ver nada
más que una versión gigantesca de los arácnidos de Starship Troopers. No es un diseño malo, simplemente,uno poco
original, que causa indiferencia.
Y al margen de los monstruos, en Godzilla también hay seres
humanos, pero la cosa es que importan más bien poco (cómo debe ser en una monster-movie).
Aún así, hay que sacar a la luz el tema interpretaciones, aunque sea
brevemente.
Aaron Taylor-Johnson (el prota de Kick-Ass) hace aquí de
artificiero al servicio del ejército americano. Está más fuerte, su figura
impone más, pero tiene prácticamente cero carisma, algo que tampoco nos debería
importar, pues como ya he comentado anteriormente, esta no es una película en
la que las personas importen. Algo más de empatía si que nos despierta
Elizabeth Olsen, una de esas actrices que últimamente están en alza pero a las
que aún no he podido encontrar el “puntillo”, que interpreta a una enfermera y
mujer de Taylor-Johnson que, de repente, se encuentra en medio del caos, y por
tanto, tiene que mostrar más emociones en pantalla que otros personajes. Sin
ser una gran cosa tampoco, si lleva a cabo una mejor interpretación con otros
integrantes del casting.
Sobre Juliette Binoche y Bryan Cranston no voy a comentar
nada porque su participación en la película se reduce a poco menos que un
simple cameo (a pesar de que traten de colarnos un intento de monólogo de
Cranston cómo para recordarnos lo buen actor qué es, cosa que no tiene tiempo
de hacer aquí) , y Ken Watanabe parece salir en la misma únicamente porque era
necesario meter algún personaje de ascendencia japonesa.
Comentaría también detalles de la dirección y de la banda
sonora si no fuera porque la primera es la típica de una película de estudio
(destacando en todo caso el hecho de que, ya sea en planos cortos o largos, la
cámara consigue en todo momento destacar el ya reiterado hasta el hastío
monstruoso tamaño de los monstruos) y la segunda prácticamente no tiene una
presencia tan destacable en la película como para que merezca la pena
comentarla.
En resúmen, Godzilla no es una película profunda que ahonde
en temas metafísicos ni haga reflexión trascendente alguna, es un blockbuster puro y duro en el que los
seres humanos importan mierda y media y el protagonismo recae por entero en el
monstruo. En otras palabras, es posiblemente lo más cerca que podemos estar a
día de hoy de ver una peli de Godzilla como las de antes, en las que
básicamente el argumento se reduce a un combate entre monstruos de dos horas de
duración sin prácticamente ningún realismo detrás, pero con los medios y los
efectos especiales que conllevan una financiación Hollywoodiense. No es una
película trascendente, pero sí un espectáculo cojonudo para pasar el rato que
dura, ¿Qué más queréis? Sólo por eso merecería ser considerada buena, ¿O no es así?
Lo más glorioso:
- Efectos
especiales de lo mejorcito al servicio del Godzilla más masivo de todos
los tiempos, que además, no faltan al respeto a los clásicos,
especialmente en lo referente al diseño de la criatura.
- Los
seres humanos con protagonismo reducido al mínimo durante toda la cinta.
El rey de la misma es Godzilla y sus enemigos, y eso se tiene presente en
todo momento.
Lo puto peor:
- A
pesar de que las personas importan poco en la historia, mejores
interpretaciones le habrían venido bien a la película
- Se
echa de menos una esperada (por lo menos para un servidor) escena
post-créditos presentándonos a un Mothra o a un King Ghidorah adaptado a
los tiempos modernos
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