martes, 31 de diciembre de 2013

VISIONADOS DE DICIEMBRE DE 2013: El Mes del Invierno, los Stark y la Resaca de Año Nuevo

Ale, la última intro musical del año:


Efectivamente chavales, ha llegado el invierno con todo lo que ello conlleva. Y aunque estos artículos los suelo empezar a escribir antes de final de mes, seguramente esto saldrá publicado el día de Nochevieja, fecha en la que la mayoría de vosotros os reuniréis con la familia en un último acto de cordialidad y entendimiento para con los demás con el que pretenderéis compensar todas las hijoputeces y malas acciones que habéis hecho durante el año, aunque en realidad lo que deseéis sea salir a la calle a perder un poco más de vuestra humanidad entre litros de alcohol y gramos de drogas purificadas.
Es Invierno, tal y como lo predijeron los Stark una y otra vez en Juego de Tronos, al menos hasta antes de aquella vez en la que se fueron de boda y vivieron la peor resaca post-celebración de la historia de la literatura fantástica. Es Invierno, ¿Y qué significa eso? pues significa vacaciones, o al menos, una falsa sensación de tiempo libre, que en el caso de algunos se ve estropeado por tener que cumplir con las tareas y fechas de un empleo el cual quizás no sobreviva al año siguiente, y en el caso de esos parásitos sociales llamados estudiantes entre los cuales me incluyo, significa prepararse (malamente), los exámenes de enero (o más bien, empezar a leerse las cosas para cuando tengas que verle el careto a la peña en junio con siete asignaturas pendientes de aprobar). Vacaciones, más o menos puras, y más o menos cortas, significan más tiempo libre, así que mucho se tiene que torcer la cosas para que este artículo de Visionados no sea el más largo de todo el año. O al menos lo será si no muero antes de hipotermia, porque aquí en mi hogar no se que cojones pasa con la calefacción pero estoy pasando un frío del carajo como nunca antes había pasado entre cuatro paredes. Estoy seguro de que hasta un indigente tapado con cuatro cartones está más calentito que yo.
En fin, vamos al tema, que cada vez se me da peor el preparar estos discursos introductorios, Veamos si se cumple lo que acabo de pronosticar. Feliz Navidad queridos lectores.


Título: Una Noche en la Ópera (A Night At The Opera)
Título en Serbia: Noć u operi 
Director: Sam Wood
Año: 1935
Intérpretes: Groucho Marx (Otis B. Driftwood), Chico Marx (Fiorello), Harpo Marx (Tomasso), Kitty Carlisle (Rosa), Allan Jones (Ricardo Baroni), Margaret Drumond (Sra. Claypool), Siegfried Rumann (Herman Gotlieb), Walter Woolf King (Rodolfo Lasparri)
Calificación (sobre 10): 7

Empezamos esta vez con un clásico, Una Noche En La Ópera, la primera comedia de los hermanos Marx apadrinada por la Metro Goldwyn Mayer en la que ya se puede observar el cambio que supuso respecto a las películas que hicieron con la Paramount, que básicamente suponían una serie continua de gags, a diferencia de los films en los que la Metro puso pasta, en la que se alternaban estos gags cómicos con números musicales, hecho que a mí, personalmente, me parece que resta agilidad a las películas, aunque bien es verdad que, por ejemplo en este caso, en que la acción está ambientada en un contexto típicamente musical, estas situaciones encajan mucho mejor que en otras cintas, como Un Día En Las Carreras.
En esta ocasión, tenemos a un Groucho Marx que encarna al apoderado económico de una vieja ricachona que ha invertido una pasta indecente para financiar a una compañía de ópera que se verá metido en toda una serie de entuertos, junto a Chico y Harpo, con el fin de reunir a dos enamorados, una cantante de ópera y un jóven tenor.
Yo creo que es innegable que este es el título más emblemático de toda la filmografía de los hermanos Marx, incluso por encima de Sopa De Ganso. Y es que aquí tenemos los gags que mejor han funcionado y más han trascendido de todas sus películas. Esta es la película de la escena del camarote, el gag de los dos huevos duros, de la parte contratante de la primera parte y del de las camas. En Una Noche en la Ópera, más que el humor gesticular de Harpo, lo que se alzan son esos tronchantes monólogos de Groucho, especialmente, la que posiblemente sea mi escena favorita de toda la peli, el inicio de la misma en la cena:


Glorioso. Como también lo es ver a los Marx arruinar el estreno de Il Trovatore de Verdi o usurpar la identidad de "los tres aviadores más grandes del mundo". Humor puro, sencillo pero efectivo y con un toque de irreverencia. Así son las películas de los hermanos Marx, disfrutables por todo tipo de público y que siempre consiguen arrancar una sonrisa.
Una Noche en la Ópera, una de las mejores películas de los Marx. Recomendable es decir poco. Ya no se hacen comedias así y eso es una pena muy grande.





Título: La Novia de Chucky (Bride of Chucky)
Título en Latinoamérica: El Muñeco Diabólico 4
Título en Serbia: Čakijeva nevesta
Director: Ronny Yu
Año: 1998
Intérpretes: Brad Dourif (Chucky, voz), Jennifer Tilly (Tiffany), Katherine Heigl (Jade), Nick Stabile (Jesse), John Ritter (Jefe Warren)
Calificación (sobre 10): 6

Aquí tenemos la cuarta entrega de la saca del Muñeco Diabólico, que salió a la luz siete años después del estreno de la tercera entrega y diez después del de la primera película. En aquellos tiempos la fórmula de las películas ya daba muestras de agotamiento, de manera que cuando el proyecto cayó en manos de Ronny Yu, este decidió darle un giro del terror hacia la comedia pretendida, no como hasta el momento, porque no se puede negar en ningún momento que  un slasher protagonizado por un muñeco da siempre más risa que miedo.
En esta ocasión, Tiffany, la novia del difunto asesino Charles Lee Ray, decide resucitar el alma del mismo atrapada dentro del muñeco Chucky. Sin embargo, cuando el redivivo opta por asesinar a su querida y traspasar su alma al cuerpo de una muñeca, la pareja acaba embarcándose en una serie de asesinatos con el objetivo de optener dos cuerpos humanos jóvenes y adolescentes a los que traspasar definitivamente sus consciencias.
La comedia prevalece y el terror se difumina, aunque sólo su efecto, ya que la película está plagada de referencias, tanto hacia la evidente La Novia de Frankenstein, como a los grandes clásicos del slasher, Viernes 13, Pesadilla en Elm Street, Halloween o Hellraiser. Igualmente la potencia de los gags se sostiene tanto en la frivolidad y sátira con la que se trata el tema de la violencia, como en las conversaciones/discusiones que mantienen los dos protagonistas, en las que Chucky mantiene una actitud machista y Tiffany la de fémina con personalidad dependiente del hombre, que progresivamente, según avanza la película, va ganando independencia hasta llegar a rozar el feminismo. En cualquier caso, tanto Brad Dourif como Jennifer Tilly se alzan, como no podría ser de otra manera.
Otro detalle destacable de la película es que, a pesar de estar a las puertas del siglo XXI, el diseño, el movimiento y en definitiva todo lo referente a la presencia de los muñecajos en la película no tiene ni una sóla gota de CGI, son todo marionetas y animatrónicos, hecho digno de alabar donde los halla, y más en una industria en la que los efectos informáticos estaban cogiendo cada vez más y más fuerza (recordemos, por ejemplo, que al año siguiente de esta película se estrenó La Amenaza Fantasma, donde el ordenador se regía soberano y señor de los efectos especiales).
En fin, una película que hará las delicias del amante del cine de terror y de todo aquel que quiera ver una película cachonda, perfectamente disfrutable en cualquier momento y digna de un puesto en cualquier colección de DVDs del género que se precie. Hoy en día un film de culto. Con el tiempo, acabará convertida en un clásico. Atentos a mis palabras.





Título: La Semilla de Chucky (Seed Of Chucky)
Título en Latinoamérica: El Muñeco Diabólico 5/ El Hijo de Chucky
Director: Don Mancini
Año: 2004
Intérpretes: Jennifer Tilly (Ella Misma/ Tiffany), Brad Dourif (Chucky), Billy Boyd (Glen/Glenda), Redman (Él Mismo), John Waters (Pete Peters)
Calificación (sobre 10): 6

Unos cuantos años después de La Novia de Chucky,la saga del muñeco diabólico volvió con una quinta entrega en la que su creador, Don Mancini, agarraba el toro por los cuernos y acometía los papeles de director, guionista y productor, todo al mismo tiempo. El resultado fue un fracaso en taquilla para la que es considerada la peor entrega de la saga por mucha gente, entre las cuales ya os digo que no me incluyo.
Centrada en las andanzas del hijo de Chucky, Glen, la película nos muestra como el infante revivirá, gracias al poder del vudú, a sus padres, Chucky y Tiffany, quienes tendrán que compaginar el cuidado de su criatura con su labor de asesinos mientras planean traspasar definitivamente sus almas a unos cuerpos humanos de una vez por todas.
La Novia de Chucky fue un éxito en todo el mundo debido a su mezcla de terror y comedia desenfrenada y sin censuras de ningún tipo. El por que La Semilla de Chucky no lo fue, habiendo contado con todos los mismos elementos que hicieron a la primera triunfar, quedará para siempre como un misterio insondable.
Y es que es así, tenemos de nuevo a Jennifer Tilly alzándose como nunca antes (y tenemos la extraña situación cuándo descubrimos que la muñeca Tiffany, interpretada por Jennifer Tilly, desea traspasar su alma al cuerpo de Jennifer Tilly, situación rocambolesca como pocas), tenemos a Chucky y Tiffany matando a diestro y siniestro y haciendo chistes sobre la muerte sin complejos, a Tiffany y los consejos que le dió su madre, y encima, a todo eso, añadimos un hijo con trastornos de identidad sexual y la vieja, pero siempre efectiva, fórmula de los cameos, en este caso, con la presencia de Britney Spears, Jason Flemyng y John Waters, el perturbado director de Pink Flamingos.
De hecho, en muchos momentos, la película resulta bastante más cachonda y más alejada de cualquier tipo de seriedad que su predecesora. Así, momentos como todo el principio con Glen siendo maltratado y explotado como muñeco de ventrilocuo por una suerte de heavy guarro, el momento de la "inseminación" a Jennifer Tilly o el primer encuentro de Glen con sus padres, superan en hilaridad y comicidad a la primera entrega. Y quizás sea ese el problema, que como película de terror no funciona en absoluto (todavía La Novia de Chucky te podía dar mal rollo en ciertos momentos), ya que esta quinta entrega es directamente comedia pura y dura.
Aunque eso no quita las consabidas referencias, que en este caso incluyen desde clásicos del género como La Semilla del Diablo (aunque no mucho más allá de lo que se la homenajea en el póster), Halloween o Psicosis, hasta películas que poco o nada tienen que ver con el cine de terror, como Rebelde Sin Causa o Glen or Glenda del rey de la mierda, Ed Wood.
En resúmen, lo que muchas llaman una mierda, yo lo llamo una muy digna secuela que no tiene nada que envidiar a La Novia de Chucky. Gustará probablemente a aquellos que les gustó esta. Y a los que no han visto ninguna de las dos, como sugerencia para una sesión doble, sólo o con la pareja y/o los colegas, no está nada mal.





Título: Juana De Arco (The Messenger: The Story Of Joan Of Arc)
Título en Serbia: Jovanka Orleanka
Director: Luc Besson
Año: 1999
Intérpretes: Milla Jovovich (Juana De Arco), John Malkovich (Carlos VII de Francia), Vincent Cassel (Gilles de Rais), Desmond Harrington (Aulon), Richard Ridings (La Hire), Tchéky Karyi (Dunois), Faye Dunaway (Yolanda de Aragón), Dustin Hoffman (La Conciencia)
Calificación (sobre 10): 6,5

Esta película trata sobre esas historias que son tan grandes y épicas por sí solas que cualquier tipo de adaptación se queda corta al respecto. Y es que, como casi seguro que debía ocurrir, la gran superproducción sobre la Doncella de Orleans acaba sabiendo a menos de lo que prometía al fin y al cabo.
Juana de Arco es la historia de una campesina francesa que, bajo el pretexto de estar cumpliendo un mandato divino, comandó los ejércitos franceses a la victoria durante la Guerra de los Cien Años, ganándose con ello envidias, traiciones y un puesto de acusada en un juicio inglés por herejía con posterior quema en la hoguera. Y todo ello con diecinueve añitos (y algunos con 20 estamos todavía atascados en una carrera sin final sin ser capaces de avanzar ni retroceder de ninguna forma). Y ojo, esto no es spoilear, es la historia tal y como fue.
Disputas teológicas y filosóficas aparte, es evidente que el señor Luc Besson no ha querido posicionarse en un bando, de manera que observamos el tema de las visiones de Juana desde ambos puntos de vista, el religioso (visiones colocadas por Dios en la mente de la jóven) y el ateo (Juana sufría visiones, si, pero ¿Era Dios el que daba sentido a esos mensajes o simplemente interpretó lo que quiso?), cosa que es de alabar, como también lo es el buen pulso que demuestra con la cámara y el hecho de recrear las batallas no como actos limpios y heroicos, sino como carnicerías salvajes y sucias llenas de sangre, decapitaciones, extremidades mutiladas y huesos astillados. (Cosa que de hecho fue de los detalles que menos gustó a la crítica en su momento).
En cuanto a interpretaciones, tenemos a Milla Jovovich, que llegó a dicho papel protagonista gracias al pequeño detalle de que se encontraba casada con el director en aquellos años. Aun así, la chiquilla destaca en ciertos momentos, como son todos aquellos en los que no se encuentra en momentos de mucha excitación y frenesí (vease batallas, trances religiosos,etc), donde nos regala breves pero intensos momentos de caretos y sobreactuación ,como si de un viaje de LSD se tratara.
El resto del reparto, incluidos Dustin Hoffman y John Malkovich, no destaca en demasía salvo quizás Vincent Cassel, que es uno de los actores más solventes que existen actualmente y que siempre es capaz de cumplir, sin alzarse excesivamente, con cualquier papel que se precie, y que aquí interpreta al mariscal de Francia ,Gilles de Rais, antes de que se convirtiera en uno de los pedófilos y asesinos de niños más querido de la historia (Y de sus violaciones pedófilas, sus torturas a infantes y sus masacres en masa si deberían hacer una película). Como curiosidad, tenemos también entre el reparto a un jóven Desmond Harrington, también conocido como el Agente Quinn de Dexter, interpretando a uno de los lugartenientes de Juana.
Sin duda, el mayor defecto de la película es su fallo al distribuir los tempos de la misma. Así, se dedica un tiempo mayor de lo necesario a la infancia de Juana, para automáticamente pegar un salto de años hasta sus acciones en la Guerra de los Cien Años, donde transcurre el grueso de la película, dedicado a su vez, en su mayor parte al Sitio de Orleans, en vez de distribuir dicho metraje entre esta y otras acciones bélicas como el Asedio de París o la Batalla de Compiègne donde Juana fue hecha presa. Aunque por otro lado, todo el último tramo de la película, el referente al jucio y la ejecución de Juana ocupa los minutos justos y necesarios para contar todo lo referente a ello.
En cualquier caso, a pesar de sus defectos y virtudes a partes iguales, la película es en mi opinión, un producto muy infravalorado y perfectamente disfrutable por casi cualquier tipo de público, que se deja ver más que bien. Aunque este tipo de películas más que disfrutarse por lo buenas que son, se disfrutan por lo motivadoras que son. Tantas batallas, discursos épicos y actos de heroísmo (y violencia, no lo neguemos) son capaces de levantar el ánimo a cualquier individuo deprimido mejor que cualquier psicólogo.





Título: Monstruos Contra Alienígenas (Monsters Vs. Aliens)
Titulo en Serbia: Čudovišta protiv vanzemaljaca
Director: Rob Letterman & Conrad Vernon
Año: 2009
Intérpretes (Voces): Reese Whiterspoon (Susan Murphy / Genórmica), Hugh Laurie (Dr. Cucaracha), Seth Rogen (B.O.B.), Will Arnett (El Eslabón Perdido), Kiefer Sutherland (General Provoker), Rainn Wilson (Galaxhaar)
Calificación (sobre 10): 6,5

El año pasado un señor llamado Tim Burton hizo una película, una buena película todo sea dicho, llamada Frankenweenie, que vino acompañada de la consabida chupada de polla (relativa, ya que actualmente es uno de esos grandes directores que se encuentran en franca decadencia) en gran medida, debido al gran homenaje que había hecho , valiéndose de la animación, a las clásicas monster-movies y al cine sci-fi clásico. La cosa habría sido original de verdad sino hubiese visto la luz en 2009 Monstruos Contra Alienígenas, una de esas cintas de animación completamente infravaloradas.
La película cuenta como el gobierno americano, durante años, ha ido capturando a monstruos y encerrándolos en un complejo gigante tipo Área 51, ocultándolos de paso del público. Sin embargo, cuando la amenaza de una invasión alienígena se cierna sobre la Tierra, Genórmica, el Dr. Cucaracha, El Eslabón Perdido, B.O.B. y el Insectosaurio serán la última esperanza de la humanidad frente a los extraterrestres.
Y si es verdad Frankenweenie contenía muchas referencias, y además estaba rodada en blanco y negro y toda la polla, pero Monstruos Contra Alienígenas representa, en mi opinión, una mejor colección de referencias a todo lo que es el género sci-fi, ya que no sólo es un homenaje a ese tipo de cine tanto mainstream como de serie B (por poner ejemplos, encontramos guiños a Godzilla, La Criatura de la Laguna Negra, El Ataque de la Mujer de 50 Pies, The Blob, la versión primigenia de La Mosca, Encuentros en la Tercera Fase o Ultimátum a la Tierra), sino que también lo es, para el espectador más atento, a los temas de los que muchas veces se ha servido de inspiración, esas leyendas urbanas y teorías conspiranoicos que forman ya parte del folklore popular del siglo XXI, como es por ejemplo el Área 51, los Hombres de Negro y los Helicópteros Negros, o las teorías conspiranoicas sobre las mutilaciones y desapariciones de ganado (que como curiosidad, fueron el orígen de esa leyenda urbana tan divertida que gira en torno a la mítica criatura conocida como el Chupacabras).
Por otro lado, la película en versión original se alza muchísimo más que su versión doblada (como casi cualquier película) gracias al trabajo vocal del carismático Hugh Laurie y de Reese Whiterspoon, de manera que se nota constantemente que, más que trabajar, aquí los actores y actrices se estaban divertiendo. De ritmo tampoco anda mal la película, podía ser más movidita, pero aún así, intercala bastante bien escenas de acción frenética con momentos más tranquilos y reposados, sin abusar especialmente tampoco de la moralina (que esto no es una película Disney).
En resúmen, una película cachonda y entretenida, perfecta para pasar el rato, que da de sí para varios visionados y que, seguramente, gustará muchísimo más a adultos que a niños, básicamente por el tipo de contenido que muestra al espectador.



 

Título: Ratas A la Carrera (Rat Race)
Título en Latinoamérica: El Mundo está loco, loco
Título en Serbia: Trka Pacova
Director: Jerry Zucker
Año: 2001
Intérpretes: Rotwan Atkinson (Enrico Polini), John Cleese (Donal Sinclair), Cuba Gooding Jr. (Owen Templeton), Whoopi Goldberg (Vera Baker), Seth Green (Duane), Jon Lovitz (Randy Pear), Amy Smart (Tracy), Lanei Chapman (Merrill), Vince Vieluf (Blaine)
Calificación (sobre 10): 8

Puff...Esta película es grande...joder, es muy grande. Damas y caballeros, estáis ante la que es, sin lugar a dudas, una de mis comedias favoritas de todos los tiempos.
En la ciudad de Silver City, Nuevo México, hay una estación de tren, dentro de la cual hay una taquilla cerrada, dentro de la cual hay una bolsa con dos millones de dólares en efectivo que Donald Sinclair, dueño de un prestigioso casino de Las Vegas, ha depositado allí con un único motivo: servir de cebo para un juego de azar único en el mundo. Un árbitro de fútbol acabado, un abogado de moral inquebrantable, un padre de familia, una madre y una hija reunidas después de años sin verse, dos gilipollas integrales y un turista italiano son los elegidos por el millonario para participar en dicho juego, una carrera por el botín de los dos millones de dólares. Una carrera con una única regla, el que llegue primero se queda con toda la pasta.
Comedia alocada donde las halla, la película es un descojone de principio a fin, donde se dan cita algunas de las más importantes figuras de la comedia moderna. Ahi están no sólo Whoopi Goldberg y Mr. Bean, que no necesitan de ninguna presentación, sino también John Cleese, ex Monty-Python, y Jerry Zucker haciendo las funciones de director, el cual también fue responsable de dar a luz en el pasado a otros títulos emblemáticos como son Aterriza Como Puedas o la saga Agárralo como Puedas (y aunque parezca mentira, también fue el artífice de la película Ghost).
El caso es que la historia en realidad es tópica, común, vamos, que se ha repetido mil veces antes que esta. Pero esos gags tan geniales, ese humor excéntrico pero no por ello excesivamente rebuscado y que no excede tampoco demasiado en lo soez eleva a la peli a cotas míticas. Escenas tan legendarias como la del Museo de Barbie, la persecución en el globo aerostático, la escena del corazón o ese glorioso momento protagonizado por un Jon Lovitz alzado y "Hitlerizado" se quedan en la memoria y no se te despegan por mucho, mucho tiempo (si incluso hay un momento en que se llega a hacer un chiste de pedofilia con Rotwan Atkinson implicado, ¿Qué más se puede pedir?). Míticos también los cameos de Kathy Bates como la inolvidable Señora de las Ardillas o de Wayne Knight (también conocido como Dennis Nedry, el informático gordo de Parque Jurásico) como cierto conductor de ambulancia que aparece en un gran momento de la película.
En fin, la gente puede decir que la película es simple, tonta, que no tiene apenas argumento o que tenga un final de mierda, pero no pueden negar que es de esos films que siempre, siempre que lo ves te arranca una risa. Y eso es lo que hace que una comedia pase de buena a notable. Si el resultado hubiera sido redondo del todo, hoy habríamos estado hablando de una película legendaria. Aun así, Ratas a la Carrera es una comedia que recomiendo a absolutamente todo el mundo. Una película imprescindible para el amante del género. En serio, vedla con calma y disfrutadla cuando podáis, porque merece muchísimo la pena.




Título: Punisher: Zona de Guerra (Punisher: War Zone)
Título en Serbia: Panišer: Ratna zona
Director: Lexi Alexander
Año: 2008
Intérpretes: Ray Stevenson (Frank Castle/ El Castigador), Dominic West (Billy Russotti/ Jigsaw), Julie Benz (Angela), Wayne Knight (Microchip), Colin Salmon (Budiansky), Doug Hutchinson (Chalado Jim), Dash Mihok (Soap)
Calificación (sobre 10): 7

Los que me hayáis leído alguna otra vez, sabréis de sobra que últimamente pongo a caldo la mayoría de películas de superhéroes, no sólo porque sean bodrios de por sí, sino por las herejías que suelen cometer con los cómics en los que se inspiran. Pero el caso que tenemos hoy es todo lo contrario, pues Punisher: Zona de Guerra me ha encantado como pocas películas de serie B lo habían conseguido antes. Y es que es flipante que una peli de este tipo, porque a pesar de ser una adaptación de un personaje popular como es el Castigador la cinta es una producción de serie B directa a vídeo (al menos aquí en España), con un presupuesto de 35 millones de dólares, logre resultados mucho más profesionales y cercanos, no sólo a la estética sino al espíritu del cómic en el que se inspiran, que películas cuyo presupuesto supera la centena.
Recordemos que anteriormente se había hecho un primer intento de plasmar al Castigador en el cine, allá por el 2004, adaptando de aquella manera ese mítico arco argumental llamado "Bienvenido a Casa, Frank" ("Welcome Back, Frank"), que supuso el debut del autor que revolucionaría completamente la concepción y el rumbo de la serie, convirtiéndolo en uno de los putos mejores cómics de la historia no sólo de Marvel, sino del tebeo americano en general. Me estoy refiriendo a uno de los grandes del cómic, un dios, un ídolo de masas, el señor Garth Ennis.
En esta Zona de Guerra (título inspirado a todas luces en otro de los grandes arcos argumentales del Castigador, "Diario de Guerra") tenemos una especie de reboot en el que se retoma el orígen del Castigador que aparece en los cómics, aunque la película parte del hecho de que todos conocemos la génesis del antihéroe y dicho comienzo únicamente aparece en flashbacks, para presentarnos a un Frank Castle que lleva años ya masacrando a las grandes familias del crímen de Nueva York. Sin embargo, cuando una de sus operaciones se salda con la muerte de un agente del FBI encubierto, el Castigador tendrá, no sólo que lidiar con las consecuencias de haber sido responsable de la muerte de un inocente, sino que también tendrá que hacer frente a su mayor enemigo hasta el momento, su némesis, su archienemigo de cuya existencia es responsable el propio Castle, Billy Russotti, también conocido como Jigsaw.
El Punisher de 2004 tenía sus virtudes y sus defectos, pero a todas luces resultaba un intento fallido, no de adaptar al personaje, que aun así quedaba bastante descafeinado respecto al del cómic, sino de adaptar el cómic de Ennis. Si, teníamos a personajes como el Ruso o los estrambóticos vecinos de Frank, pero la película carecía de ese desenfado y de esa violencia visceral que caracteriza el trabajo de Ennis. Y eso es precisamente el mayor acierto de Zona de Guerra, que introduce ese aspecto de humor negro ácido y esa violencia cafre de la que carecía su predecesora, volviendo de nuevo al trabajo de Ennis como base para la historia. En esta ocasión, pese a que la estética está inspirada claramente en la línea Max: Punisher, posiblemente los cómics más serios y profundos jamás hechos sobre el Castigador , el tono de la historia y la caracterización de ciertos personajes, bebe una vez más de esa primera etapa de Ennis al mando de la serie. Esos villanos extravagantes, entre los cuales encontramos a un Dominic West interpretando a un Jigsaw sensacional, súper loco, uno de esos personajes a los que la sobreactuación le sienta bien, y a Doug Hutchinson (al que algunos conoceréis por haber interpretado al celador Percy Whitman en la adaptación al cine de la novela de Stephen King, La Milla Verde) que encarna a un personaje creado para la ocasión pero que perfectamente podría haber aparecido en un cómic de Ennis, un hermano psicópata de Jigsaw con aficción al canibalismo. Y las referencias a dichos cómics no acaban aquí, porque también tenemos al detective Soap, a McGinty, a Pitsy y a Tinta, todos ellos grandes personajes de la etapa de Ennis al frente de la serie, y sobre todo, a ese gran ausente de la primera película del Castigador, su fiel ayudante y suministrador de armamento Microchip, interpretado por el siempre reconocible Dennis Nedry Wayne Knight. Igualmente también tenemos pululando por el film a Julie Benz (más conocida por el público general como Rita, la mujer de Dexter Morgan en la serie de televisión Dexter) y a Colin Salmon, que resultará un absoluto desconocido para la mayoría de la gente, pero sacará una sonrisa a los fans del género de superhéroes cuando reconozcan en él al bueno de Walter Steele de la serie de televisión Arrow.
A pesar de, como ya he comentado, ese aire sinvergüenza y esa violencia gamberra, la pelicula acierta también al retratar la personalidad de Frank Castle como su predecesora no logró hacerlo en ningún momento. Aquí le vemos como un hombre cuya vida hace mucho que perdió el sentido y que únicamente es capaz de matar, matar criminales para seguir adelante, para dar un propósito a una vida que por otro lado se encontraría vacía. Ojo, no estoy diciendo que hayan convertido al Castigador en una máquina de matar sin sentimientos a lo Terminator, no, el personaje, de hecho, muestra remordimientos, culpabilidad, llorar cuando recuerda a su familia difunta, no es un hombre sin conciencia, sólamente es una persona que ha perdido completamente la noción sobre lo que está bien y lo que está mal y únicamente es capaz de expresar todo ese cúmulo de emociones y conflictos internos utilizándolos como combustible para una misión que considera justa y heroica, pero que en el fondo no deja de ser una cadena de asesinatos en serie.
Otro detalle que me gustaría recalcar es que Thomas Jane se parecerá físicamente al Castigador mucho más que Ray Stevenson, pero ni de lejos llega a alcanzar el nivel interpretativo de este último. Y es que cuando ves que pasan diez minutos, pasan veinte y el Castigador no ha soltad ni una palabra, que únicamente se expresa mediante expresiones faciales y tiros te das cuenta de que en ese cuerpo tan poco parecido al Frank Castle de los tebeos se encuentra el alma del Castigador. Vamos, que Ray Stevenson se alza.
En cuanto al traje, que en su momento recibió muchas críticas por parte de los fans por ceñirse poco al de los cómics, este ni me gusta ni me disgusta, me parece aceptable (aunque extraño la gabardina de cuero que lucía el Castigador en la línea MAX, pero bueno, no se puede pedir todo).
Aunque me gustaría, me es imposible ponerle más nota porque la película tiene sus carencias a pesar de todo, especialmente en lo referente a dirección y banda sonora, pero reconozco que esta secuela/reboot del Castigador es una adaptación hecha con dos cojones, como Dios manda, respetando el material original pero convirtiéndolo en un producto dinámico perfecto para pasar un muy buen rato. Muy, muy recomendable...que ya os digo que, de verdad, me ha encantado.

PD: Me gustaría que en un futuro, ahora que se va a realizar una serie de televisión sobre el Castigador, tomarán ejemplo de esta película y trasladaran todos los conceptos que esta explota tan acertadamente a la pequeña pantalla y nos den la oportunidad de ver otras grandes historias y villanos de Punisher como Ma Gnucci, Nicky Cavella o Barracuda. Eso sí sería brutal de verdad.





Título: El Ataque de los Muertos Sin Ojos (Attack of the Blind Dead/Return Of the Blind Dead/ Return of the Evil Dead)
Director: Amando de Ossorio
Año: 1973
Intérpretes: Tony Kendall (Jack Marlowe), Fernando Sancho (Duncan), Esperanza Roy (Vivian),  Frank Braña (Howard), José Canalejas (Murdo)
Calificación (sobre 10): 2

Pues esto viene a ser una película de serie Z parida por el legendario director de cine casposo Amando de Ossorio que forma parte de esa saga de películas en las que el director introdujo como protagonistas absolutos a esa simpática organización medieval que fueron los Caballeros Templarios.
El caso es que aquí, los Templarios eran satánicos y sacrificaban personas y eso en un pueblo olvidado de Portugal, hasta que un buen día, los lugareños deciden tomarse la justicia por su mano y masacran a los caballeros del temple no sin antes quemarles los ojos. Años más tarde, el tonto del pueblo decide por las buenas que estaría guay resucitar a los caballeros difuntos, por lo que estos vuelven en forma de muertos vivientes sin ojos que siembran el caos y la muerte en el mismo pueblo en el que fueron asesinados, dejando con vida a un puñado de personajes que defenderán sus vidas parapetados desde una iglesia.
En otras palabras, esto es una versión de La Noche de los Muertos Vivientes con templarios en lugar de zombies y hecha con el mismísimo ojete. Y es que la incompetencia de Ossorio queda más que patente viendo las constantes cagadas que inundan la película.
Empezando por el propio diseño de los templarios, interpretados por señores disfrazados con caretas de esqueletos y manos enguantadas (que en ciertos momentos son sustituidas por monas postizas INMÓVILES y tiesas como palos), cuando estos no son directamente maniquís dispuestos de manera precaria en el decorado, y continuando con las constantes incoherencias de todo tipo que plagan el metraje de principio a fin y de las cuales podemos destacar hechos como que en ciertos momentos la acción se desarrolla en noche profunda para en el siguiente plano mostrar un cielo azulado diurno y volver a la noche en el siguiente (evidenciando el hecho de que dichos planos se rodaron por separado en distintos momentos del rodaje), el uso de planos idénticos reutilizados una y otra vez o el propio comportamiento de los personajes (sin ir más lejos, el protagonista llega al pueblo atraído por la fémina de turno, quien se encuentra en un primer momento con un rechazo total que se transforma en cuestión de minutos en un romance de cuento de hadas, para que momentos después la propia mujer le comunique al chaval que prefiere no seguir por dicho sendero para evitar problemas con su anterior amante, el alcalde del pueblo, personaje que también se las trae, ya que en un principio manda a unos sicarios a apalizar al prota, para momentos después huir con él y ayudarle a preparar la defensa del pueblo y que acaba sudando de todo y convirtiéndose en un hijo de puta que utiliza a una niña como escudo para desprenderse de los templarios), que dicho sea de paso, tienen un desarrollo nulo.
Todo esto viene acompañado de una de las fotografías más sucias que han podido contemplar estos ojitos y de una de las peores bandas sonoras de la historia del cine ( atención a los infernales samples en bucle que se reproducen cada vez que aparecen los templarios andando o cabalgando por las calles del pueblo).
Y aunque todo esto parezca divertido, no lo es. La película es un coñazo insufrible que no incita a nada más que a querer sacarse los ojos como los muertos vivientes de la misma para que acabe tanto dolor. Irrecomendable al cien por cien y aburrida como ella sóla, El Ataque de Los Muertos sin Ojos puede presumir de ser una de esas películas que han conseguido provocarme el sueño profundo durante su visionado, algo que ya os digo, es poco común en un servidor, os lo aseguro. Y ya está, la puta peli no da para más.




Título: Los Intocables de Eliot Ness (The Untouchables)
Título en Serbia: Nesalomivi
Director: Brian de Palma
Año: 1987
Intérpretes: Kevin Costner (Eliot Ness), Robert de Niro (Al Capone), Sean Connery (Malone),  Andy García (George Stone / Giuseppe Petri), Charles Martin Smith (Oscar Wallace), Billy Drago (Frank Nitti)
Calificación (sobre 10): 8

Y ahora, toca hablar de la que es una gran película para mucha gente. Basada en hechos reales, Los Intocables cuenta la peripecia llevada a cabo por Eliot Ness, agente federal, para acabar con el reinado del crímen de Al Capone en los años 30. Cuando la corrupción impulsada por el gangster hace imposible el atrapar al mismo, Ness tendrá que encontrar la auténtica justicia más allá de la ley, para lo cual reunirá a un pequeño grupo de hombres dispuestos a cualquier cosa con tal de detener al mafioso.
Película de mafias, con estética de los años 30 muy cuidada (y acentuada aún más si cabe por el buen hacer de De Palma a la cámara) que sin embargo bebe mucho, y se nota, de los grandes clásicos del western italiano (basta con ver la escena de la emboscada en la frontera canadiense o los juegos de miradas durante la mítica escena de la estación de tren para darse cuenta de ello).
Además, cuenta con un elenco de actores entre los que se cuentan un Kevin Costner cuando era un actor consagrado de verdad, acompañado por un Sean Connery prodigioso que resulta ser lo mejor de la película y un Robert de Niro interpretando al legendario gangster en el que es uno de sus papeles más recordados y que para mí, personalmente, no es de sus mejores trabajos (a pesar de esos gloriosos monólogos en los que saca toda su personalidad y capacidad al exterior). Igualmente nos encontramos también en el reparto a un más que aceptable Andy García y a un actor, que también está bastante bien para lo que es capaz de dar, cómo es Billy Drago, más conocido en los mundillos de la televisión y la serie B y que aquí interpreta al asesino a sueldo de Capone, Frank Nitti.
La película, la verdad, daría para hablar largo y tendido sobre ella, si tuviera tiempo y espacio de sobra, pues son muchos los aspectos de alabar de la misma, desde la ya comentada fotografía, a "las marcas de la casa" propias de la dirección de Brian de Palma, las ya mencionadas referencias al western en las que podría profundizar o la banda sonora de Ennio Morricone por mencionar unos cuantos.
Pero si de verdad tuviera que elegir dos detalles de la película con los cuales quedarme (aparte de la actuación de Sean Connery, por supuesto) me quedaría con ese duelo de personalidades a lo maestro y aprendiz que desarrollan Malone y Ness a lo largo de toda la película, y con la propia evolución, magistralmente trazada, del personaje de Ness, que comienza el film siendo un funcionario ejemplar y progresivamente, según va cruzando límites, se va conviertiendo en un policía más duro y consciente de la realidad del mundo en el que vive, alcanzando la catársis en ese enfrentamiento final en el tejado con el personaje de Nitti.
No quiero explayarme mucho más, porque considero que es una película que todo aficionado al cine, por muy poco cinéfilo que sea, debería ver antes de morir, porque a día de hoy, es indudable que esta película es ya un clásico, un film de culto para ver, disfrutar y revisionar una y cien veces. Muy buena de verdad.



Y ya está. Con esto y un bizcocho (o doce uvas según se mire), mañana es un nuevo año de ilusiones para todos (o no, nunca se sabe) en el que estaremos aquí, al pie del cañón, al menos una vez al mes con los putos Visionados. Ala, una canción para despedir el año y a chuparla todos.


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