jueves, 12 de diciembre de 2013

Disney deja frío al espectador: Una invernal reseña de FROZEN




Título: Frozen, El Reino de Hielo (Frozen)
Título en Latinoamérica: Frozen: Una Aventura Congelada
Título en Serbia: Zaledeno kraljevstvo
Directores: Chris Buck y Jennifer Lee
Año: 2013
Intérpretes(Voces): Kristen Bell (Anna), Idina Menzel (Elsa), Jonathan Groff (Kristoff), Josh Gad (Olaf),
Calificación (sobre 10): 7



Cómo es costumbre en Navidad aquí está los buenos de Disney con un nuevo cocktail revienta-taquillas para toda la familia de mano de los creadores de Enredados. Y en verdad, en un principio parecía que ibamos a contemplar otro clásico automático de Disney como lo fue la película de la rubia del pelo largo larguísimo...pero la cosa se ha quedado en un mero intento de emular a semejante logro.

Veamos, Frozen es una película sobre dos hermanas, Elsa y Anna, princesas del reino de Arendelle y huérfanas desde la niñez. Su vida transcurre a espaldas del resto del mundo, ya que Elsa, futura heredera de la corona del reino, decidió llevar una vida en aislamiento para evitar d
esatar los poderes mágicos que posee desde su nacimiento sobre el reino. Y es que dicha jovencilla posee la habilidad de, ni más ni menos, que crear y controlar el hielo y la nieve a voluntad, lo que causa un fiasco de tras pares de cojones cuando accidentalmente desata su congelante don durante su ceremonia de coronación, sumiendo a todo Arendelle en un invierno perpetuo. Para deshacer el fatal desaguisado, Anna deberá aliarse con un montañero vendedor de hielo llamado Kristoff y a un muñeco de nieve viviente de nombre Olaf para encontrar a su hermana renegada y traer de vuelta al verano al reino.
Y he aquí donde entramos en el cogollo del asunto: los paralelismos clarísimos, inevitables de hacer e innegables a partes iguales entre Enredados y Frozen. Si en Enredados teníamos a una princesilla de descomunales poderes curativos encerrada en una torre a espaldas de la sociedad para ocultar dichos poderes a esta, en Frozen tenemos a una princesa de titánicos poderes criogénicos que opta por ocultarse de la sociedad y vivir en soledad y aislamiento perpetuo con el fin de ocultar dichos poderes a esta; en Enredados veíamos a Rapunzel que quería más que nada salir de la puta torre y ver el mundo en todo su esplendor, en Frozen, es Anna, la hermana de la reina Elsa, quién se muere por salir del castillo en el que vive enclaustrada por orden de su hermana, y ver el exterior, enamorarse y demás; en Enredados, cuando Rapunzel sale al exterior, pasa de ser una jovencilla reprimida a volverse medio loca de excitación, y alzarse, corriendo de aquí para allá, luchando con los malos y viviendo todo tipo de aventuras, mientras que en Frozen es Elsa la que, una vez sus habilidades han quedado expuestas a todo el reino y no tiene la necesidad de ocultarlas, se suelta el pelo (literalmente) y desata todo su helado potencial creando monstruos de nieve vivientes y un mega castillo de hielo en lo alto de una montaña...¿Hace falta que siga?
Está claro que Frozen, aunque intenta desde el primer momento no aparentarlo, fracasando en el intento de hecho, no deja de ser una especie de cuasi explotation de Enredados con distintos elementos que esta y mucha nieve de por medio. Aún así, y a pesar de sus similitudes, el experimento resulta agradable, potente en ciertos momentos y se nota que ha habido un trabajo de animación detrás bastante importante, pero en ningún momento logra alcanzar la magnificiencia de Enredados, y no por una, sino por unas cuantas razones.
En primer lugar, es necesario decir que el comienzo de la película es COJONUDO con mayúsculas, con esa canción de apenas dos minutos de duración versando sobre el hielo, y que en esencia contiene todo lo que necesitamos saber sobre la esencia del personaje de Elsa, una canción que habla sobre el hielo, que al igual que la princesa (y que las personas, en general), tiene varias facetas, una lisa, suave y agradable a la vista, y una dura y llena de aristas, creada más para causar daño que para resultar bella. Sólo conociendo ambas caras y sabiendo mantener la faceta dura a raya con amor y cuidado, es cuando el hielo puede ser verdaderamente apreciado y querido. Esto es la esencia de la película, la moraleja por así decirlo.
Tras dos minutos de canción que contienen, como acabo de decir, toda la esencia de la película, entramos a saco paco con toda la historia sobre Elsa y Anna, su relación a lo largo de los años, y el como los poderes de Elsa fueron creciendo con el tiempo, en una secuencia musical que empieza siendo simpática y alegre para tornarse melancólica conforme la tristeza y la desgracia se va adueñando de las vidas de las protagonistas.
Y es a partir de aquí cuando empieza a notarse el peso de la película. Porque mientras que Enredados, una vez pasado el prólogo y la secuencia musical inicial en la que se nos mostraban las inquietudes de Rapunzel, arrancaba a toda mecha para empezar los 90 minutos siguientes de aventura, romance y comedia a partes iguales, Frozen comienza a estancarse poco a poco, los personajes nuevos tardan en aparecer, los villanos están mediocremente definidos y los continuos números musicales acaban por lastrar parcialmente el ritmo de la película, que es lo peor que le puede pasar a un producto Disney.
Ojo, no le quito mérito a los compositores de la banda sonora, pero es que en Enredados teFrozen, en general tiene una banda sonora aceptable, pero olvidable. Para el recuerdo yo salvaría dos temas, el de la introducción con la canción Frozen Heart y ese coro en Noruego que nos introduce de lleno en el invierno, y el tema Let It Go interpretado por Idina Menzel en el que la voz y los elementos visules (Elsa desatando sus poderes al extremo) concuerdan a la percepción.
níamos a Alan Menken en la partitura, e imitar al genio supremo de las bandas sonoras de Disney es muy complicado de lograr.
Otro detalle que me ha decepcionado de la película es el tema de como se ha afrontado el tema del humor de los personajes secundarios, una de las marcas de la casa de Disney. Mientras la genialidad de Enredados radicaba en que el humor de los personajes secundarios, Maximus el caballo y Pascal el camaleón, era básicamente un humor visual, como mucho gesticular, mientras que en Frozen, este corre a cargo de un muñeco de nieve que en ciertos momento más que gracioso parece directamente retrasado mental y en un reno, que intenta a todas luces ser una versión de Maximus, que fracasa por el simple hecho de que intentan ponerle voz a sus gestos (para que os hagáis una idea, las bromas del reno Sven, son expuestas en forma de palabras por el personaje de Kristoff que intenta hacer como que imita una voz de reno que no debería existir).
En cuanto al resto, que tenemos. Pues tenemos ante todo un espectáculo visual acojonante de verdad. Si en Enredados el mayor reto en cuanto a efectos digitales se trataba era el pelo de Rapunzel, en Frozen el rey de la casa es el hielo, que ha sido tratado de tal manera que más que un elemento del paisaje parece una criatura viva de texturas, reflejos y consistencia cambiante continuamente. Sin duda, el mayor logro de la película.
A nivel interpretativo, Kristen Bell e Idina Menzel se alzan a kilómetros de distancia por encima del resto tanto a nivel de expresión vocal como de capacidad musical a la hora de interpretar las canciones. A su lado, el resto del reparto queda muy deslucido, no llegando a destacar en ningún momento de la película, siendo quizá lo más dañino, la ausencia de un villano sólido, que queda arrasado por el constante tratamiento de la doble personalidad de Elsa que es el leitmotiv central de la cinta.

En resúmen, Frozen intenta ser lo que fue Enredados en su momento, no se molesta en ocultarlo y tampoco consigue ser ese peliculón en ningún momento. Quizá puliendo algunos detalles, no precisamente la historia, ya que, por ejemplo, ese giro final que da uno de los personajes principales, me gustó, pero quizá el tratamiento de algunos personajes y desde luego, reduciendo el número de canciones y aumentando la cantidad de acción y aportando un mayor ritmo a la película lo habría conseguido, pero no es así, y el resultado, aunque no
table, me deja frío.
Digámoslo, hablando de malas maneras, que ver Frozen es el equivalente en el cine de animación a sacarse el rabo para mear en la nieve en invierno, al principio sientes sensaciones muy fuertes e intensas recorriéndote el miembro, pero con el tiempo, según te vas acostumbrando a la sensación de frío, todo acaba transformándose en algo normal y corriente, para nada extraordinario.
Pero ojo, que esto no os quite ganas de verla, ya que, a pesar de sus defectos, salí satisfecho de la sala de cine y cautivado por el espectáculo visual ofrecido y el carisma arrollador y por qué no, algo sexual, de Elsa, y eso es mucho más de lo que consiguen despertarme la mayoría de películas de hoy en día.


Lo más glorioso:
  • El espectáculo visual, el hielo cobrando vida ante tus ojos. Un trabajo digital de cojones merecedor de uno y cien aplausos
  •  El número musical introductoria y la secuencia siguiente a modo de prólogo. Poco más de diez minutos conteniendo la totalidad de la esencia de la película. Cuando las cosas están bien hechas lo están de verdad
  • Kristen Bell y sobre todo Idina Menzel y su personaje, Elsa, se alzan sobre todos los demás tanto a nivel interpretativo como musicalmente. Bravo, gentiles doncellas, bravo.

Lo Puto peor:

  • El tratamiento de la faceta humorística de los personajes secundarios de Olaf y Sven fracasa estrepitosamente en su intento de imitar los resultados obtenidos en Enredados
  • El excesivo número de secuencias musicales lastra la acción de la película de manera notoria, que es lo peor que puede pasarle a un producto Disney
  • El resto del reparto queda a años luz de sus dos protagonistas femeninas y eso se nota, como se nota especialmente la ausencia de un villano sólido y el vacío que esto deja tanto en la historia como en el conjnto de la película (¿Dónde está una canción/soliloquio para el malvado de turno? )



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