miércoles, 2 de noviembre de 2011

El auténtico héroe noruego...y los trolls : Una monstruosa reseña de TROLL HUNTER



Título: Troll Hunter  (Trolljegeren)
Director: Andre Ovredal
Año:2010
Intérpretes: Otto Jespersen (Hans), Glenn Erland Tosterud (Thomas), Johanna Morck (Johanna), Thomas Alf Larsen (Kalle), Hans Morten Hansen (Finn)
Calificación: 6,5 (como película)/ 8-8,5 (como entretenimiento puro y duro)


Noruega, ese desconocido país mola. Y ahora además, mola mucho más aún que antes, porque, aparte de los vikingos (recurso explotado bastante a lo largo de la historia), ya tiene otro elemento del que puede presumir de haber servido de inspiración para una película: los Trolls.
Harry Potter, Frodo Bolson o Carmen de Mairena entre otros, son algunos de los personajes que han permitido acercarnos en la gran pantalla a la figura de los Trolls. Pero, como tenía que ser, ha tenido que ser un auténtico noruego, un hombre del norte, el que haya traído al mundo la visión definitiva de los Trolls, y esta es sin duda, esta película de la cual vamos a hablar hoy, un pedacito de gloria europea llamada Troll Hunter.
Como debíais de haber deducido ya, Troll Hunter cuenta, en forma de falso documental (al estilo de REC, el Proyecto de la Bruja de Blair o Monstruoso, por citar algunos ejemplos) , las hazañas del auténtico héroe que se merece noruega (pero no el que necesita en estos momentos): Hans, un hombre cuyo trabajo consiste en, en coordinación con el Estado Noruego, cazar y acabar con los trolls no controlados por el Estado para evitar que su existencia salga a la luz. Y ya está, no hay más argumento ni lo necesita.
Como podéis ver, la película no tiene una trama compleja, ni la dirección es una gran cosa (de hecho, desde el punto de vista más "artístico" sería una puta mierda, ya que toda la película esta rodada con el método de "cámara en mano"), e incluso diría que todos los actores salvo uno son un mero relleno. Pero, sin embargo, la película tiene dos elementos que hace que sea una peli decente a primera vista, y un grandísimo entretenimiento, perfecto para ver tanto en solitario como acompañado, conforme avanza su visionado.
El primero de estos elementos es el prota, Otto Jespersen a.k.a. Hans, el cazador de trolls, un personaje que es el auténtico amo de la película (junto a los trolls), un actor que se cree totalmente su papel y nos deleita con una actuación muy creíble y, sobre todo, sin ningún tipo de pretensión, muy natural, de manera que es el único de los intérpretes del que uno se puede creer que no está actuando (algo que en un mockumentary como este es absolutamente necesario). Además, verle armado con un rifle-linterna de rayos ultravioleta corriendo por bosques, montes y cavernas en persecución de los trolls supone un auténtico éxtasis para un friki-cinéfilo-onanista como yo. En dos palabras, el Amo.

El segundo, y el principal motivo por el cual ver la película, son, evidentemente, los Trolls. Los Trolls de Troll Hunter no se parecen en nada a ningún troll visto antes en el cine, y sin embargo, son la representación más fidedigna de lo que se considera un troll que haya existido nunca. El director se lo monta perfectamente para dar una imagen de los trolls totalmente criptozoológica, esto es, a medio camino entre la ciencia y la fantasía. Así, vemos por ejemplo que en la película, a los trolls les atrae la sangre de los cristianos y las canciones religiosas, y al mismo tiempo, se nos explica (desde un punto de vista bastante acertado), que el hecho de que les ahuyente/destruya la luz solar se debe a una incapacidad de transformar la Vitamina D en Calcio mediante esta (cosa cierta a más no poder en todos los mamíferos) que les provoca una hiper reacción alérgica cuando entran en contacto con esta. Además, los bichos están cojonudamente hechos, lo cual no hace sino destacar el hecho de que sí se puede aprovechar un presupuesto miserable (apróximadamente de 3 millones de dólares) y lograr unos resultados excelentes, al nivel de otras producciones de mucho más presupuesto como por ejemplo Monstruoso (25 millones de dólares). Su diseño y animación es muy acertado, de manera que podemos ver trolls de todas las formas y tamaños (trolls tricéfalos, trolls de montaña, trolls gigantes, etc), siendo el culmen, el Troll de Trolls, el Jotnar, el troll gigante, que hace su aparición cerca del final y que protagoniza la mejor escena de la película, un enfrentamiento épico del hombre contra el troll que en ocasiones recuerda a una batalla de jefe del Shadow of the Colossus
Igualmente, es necesario destacar el uso que hace el director del paisaje único de Noruega, que sirve de marco perfecto para los trolls, llegando a un punto en el que verdaderamente te crees que estás viendo a los trolls tal y como serían en su hábitat (si existieran claro).
En resumen, una película absolutamente recomendable si se quiere disfrutar de un ejemplo de cine de entretenimiento puro y duro, sobre todo si no se quiere encontrar con planos artísticos e interpretaciones de óscar, sino con personajes míticos, tramas en las que la historia es lo de menos y sobre todo, Trolls, muchos Trolls. Una de esas pelis europeas que nunca pretendieron ser serias y que, desgraciadamente, no llegaran a tener nunca el impacto mediático suficiente para que otros films similares vean la luz.

Lo más glorioso
  • Hans (Otto Jespersen), un auténtico héroe cinematográfico y la única interpretación reseñable del film.
  • Los trolls, criaturas de factura impecable que aprovecha al máximo un presupuesto de mierda y que son los verdaderos protagonistas de la película, especialmente en escenas tales como la persecución final al troll gigante, espectaculares al 100%
  • El uso del paisaje como marco para las criaturas que tiene el efecto que se pretende, hacerte creer de verdad que ese sería su hábitat si estos bichejos existieran de verdad

Lo puto peor
  • Que el resto de actores sean un simple relleno
  • Que, desgraciadamente, no tendrá la repercusión mediática ni la distribución que probablemente se merezca
  • Que no exista un sinónimo de la palabra Troll que hubiera permitido que no la repitiera constantemente en la redacción del artículo





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