lunes, 2 de febrero de 2015

VISIONADOS DE ENERO DE 2015 : El mes de la vagancia y la pereza





Que bonito el mes de Enero, cuando vuelves de las vacaciones de Navidad para meterte de lleno en los exámenes del primer cuatrimestre, o por el contrario, para recibir las calificaciones, esperadas o no, de aquellos exámenes que hiciste antes de Navidad. Cuando te das cuenta de que te has tocado los cojones como nunca y que lo vas a seguir haciendo porque no aprendes de las lecciones de la vida, que todo te da pereza y que no te rodean más que zorras, chacales y retrasados mentales de diverso grado. 
Menos mal que siempre te puedes poner una peli y fingir que es otro mes cualquiera. Ale, esto es lo que he visto este mes (estoy por dejar de hacer introducciones, que cada vez me da más pereza).



Título: 20.000 Leguas de Viaje Submarino (20.000 Leagues Under the Sea)
Título en Serbia: Dvadeset hiljada milja pod moem
Director: Richard Fleischer
Año: 1954
Intérpretes: Kirk Douglas (Ned Land), James Mason (Capitán Nemo), Paul Lukas (Profesor Aronnax), Peter Lorre (Conseil)
Calificación (sobre 10): 6

En medio de una búsqueda en pos de un misterioso “monstruo” que está atacando a los buques británicos en alta mar, el barco en el que viajan el profesor Aronnax y su ayudante Conseille es atacado por la misma criatura que andan persiguiendo. Ambos hombres, junto al arponero Ned Land, acaban a la deriva y son hechos prisioneros por el monstruo en cuestión, que resulta ser un submarino capitaneado por el Capitán Nemo, un apátrida desencantado con la humanidad. Los tres hombres asistirán a continuación a toda una travesía oceánica en la que lo mejor y lo peor del mundo se mostrará ante sus ojos.
Adaptación de la Disney de la obra literaria de Julio Verne, protagonizada por Kirk Douglas, James Mason , Paul Lukas y Peter Lorre en los papeles principales. Como translación del trabajo de Verne a la gran pantalla la verdad es que resulta bastante acertada, a pesar de sus diferencias respecto a la novela y el material de relleno introducido que comentaremos más adelante. La espectacularidad de los paisajes submarinos, del gigantesco Nautilus y de la escena cumbre del film (me estoy refiriendo, por supuesto, al mítico momento del ataque del calamar gigante) resulta palpable en todo momento gracias a unos efectos especiales bastante resultones para tratarse de una película de los años 50 y a la utilización en las escenas submarinas de escenarios y, sobre todo, de animales reales a la hora del rodaje.
Los personajes resultan también ser una adecuada representación de sus homónimos en la novela, en especial el personaje de Nemo, el más complejo y arriesgado de mostrar en pantalla, al cuál no se cortan en mostrar cómo lo que es, el misántropo definitivo, un hombre que prefiere la soledad del océano y de su submarino al “mundanal ruido” de la civilización que diría San Francisco, y al que no le tiembla la mano a la hora de impartir lo que él considera justicia, incluso si esta tiene consecuencias mortales para los ajusticiados. La mejor forma de lograr esta traslación a la gran pantalla, es decir, el respetar el material original, es, por tanto,  una regla cumplida a rajatabla, de manera que incluso los pasajes más memorables de la novela son transcritos literalmente en el guión, siendo especialmente memorable el que, en mi opinión, es el mejor fragmento que se puede extraer de la novela y toda una declaración de intenciones por parte del personaje de Nemo, fragmento el cual, no puedo evitar transcribir aquí y ahora mismo: “No soy lo que usted consideraría un hombre civilizado. He renegado de la sociedad por razones que sólo yo me atrevo a valorar. Por lo tanto, no obedezco sus leyes”.
En el aspecto más técnico, salvando los efectos especiales, que ya han sido comentados, ni la dirección ni la banda sonora hacen grandes alardes, así cómo el componente actoral de la cinta, ya que la calidad de la interpretación del cuarteto de protagonistas no se puede definir de otra forma que simplemente correcta (siendo el mejor de los cuatro, obviamente, el señor James Mason).
La película es entretenida, pero dado el corte de cinta de aventuras clásica que sigue, se hace pesada en ciertos momentos, en especial en esos momentos de completo y absoluto relleno (producto del pecado original de Disney, el querer lograr un producto familiar en todo momento) en el que Kirk Douglas protagoniza escenas cómicas junto a un león marino que habita en el submarino junto a los demás personajes, se emborracha e incluso llega a coger un ukelele en un par de momentos del film para arrancarse a cantar. Dicho de otra manera, a la película le sobra metraje.

De esta manera, podríamos resumir la misma en dos conceptos clave: una buena adaptación de la novela, una película mundana más entre tantas y tantas.





Titulo: El Castigador (The Punisher)
Título en Serbia: Panišher
Director: Jonathan Hensleigh 
Año: 2004
Intérpretes: Thomas Jane (Frank Castle/ Castigador), John Travolta (Howard Saint), Laura Harring (Livia Saint), Ben Foster (Spacker Dave), Rebeca Romjin (Joan)
Calificación (sobre 10): 5

Impresiones muy encontradas las que tengo con esta sucia película. Una vez mas, el gran problema que tiene Frank Castle, problema que no ha solucionado a dia de hoy ninguna de sus adaptaciones, que una película del Castigado tiene que ser ante todo una película que tiene como protagonista a un loco, un psicópata, porque Punisher no es un héroe, un antihéroe ni polleces por el estilo, sino un perturbado, un tipo que  raíz de la muerte de su familia no concibe otra forma de vivir que matar continuamente criminales amparado por un sentido retorcido de la justicia, mas cercano a un trastorno obsesivo compulsivo que a una filosofía de vida mas o menos “razonada”. Pero bueno, en cuanto al tratamiento del personaje a dia de hoy, no podemos esperar nunca una adaptación con cojones como dios manda (principalmente porque creo que ninguna de las productoras a dia de hoy se atrevería a hacer una película que tuviera como objetivo el hacerte empatizar con un psicópata), asi que si, tendremos gore,tiros y muertes a troche y moche (ahí tenemos esa Punisher: Diario de Guerra que aquí en España salió directa a DVD, que precisamente se alzaba en ese aspecto),pero aun falta un paso mas adelante para ver a Frank Castle como se merece (quizá en una serie de televisión…).
En cualquier caso, a dia de hoy, aparte de la ya mencionada Diario de Guerra, contamos en nuestro haber con dos adaptaciones mas en imagen real de la obra y milagros del Castigador, la versión de Dolph Lundgren (que ni era el Castigador ni era nada) que se cocino alla por los años 80, y la que tratamos hoy, la primera incursión del justiciero dentro de la primera oleada de películas de superhéroes marvelitas  que aconteció tras el éxito de la primera entrega de la trilogía de Spiderman de Sam Raimi. En esta ocasión, tenemos una película de génesis,( que en realidad, poco tiene que ver con la historia original del comic) en la que Frank Castle es un agente de operaciones encubiertas del FBI que, durante una operación, provoca indirectamente la muerte del hijo de un poderoso mafioso, el cual decide en venganza masacrar  toda su familia y asesinar al propio Castle. La cosa es que el bueno de Frank sobrevive, y consumido por la avidez y el ansia de venganza volverá su rabia, su furia y sus innumerables armas contra el enemigo mafioso, covirtiendose en El Castigador.
Vayamos punto por punto. Primero, ¡Qué hace el puto Punisher en Florida! Vamos a ver, el Castigador es un personaje sucio y callejero por encima de todo. Dicho de otra forma, que no pega ni con cola en un escenario mas conocido por ser el hogar del  sol, la playa y los latinos ardientes, mas aun si tomamos como punto de partida que la película intenta ser una adaptación del arco argumental Welcome Back Frank, la carta de presentación de Garth Ennis dentro de la colección de Punisher, arco que como todo lector del mismo recordara, comenzaba con el Castigador arrojando a un mafioso desde lo alto del Empire State de Nueva York, una ciudad sucia, puerca y enfangada en el crimen y la mierda hasta las cejas. Primer fail.
Segundo: la forma de actuar del personaje. A lo largo de toda la película el Castigador se molesta en trazar un meticuloso plan para que el malo se cargue a su propia familia. Vamos a ver, ¿Por qué? El Castigador no es un James Bond, no es un espia, no es un hombre de grandes planes, el Castigador es un señor que se pilla un fusil de asalto, se cuelga dos UZIs de la espalda y se llena el cinturón de cartuchos y se mete a saco matraco a disparar a todo bicho viviente. Dicho esto, ¿Por que si al final Frank Castle comete una masacre en la que entre otras lindezas le atraviesa la cabeza entera por el eje a un maloso con un cuchillo de combate, no mantiene esa dinámica durante todo el metraje? Grandes enigmas de la historia.
Ahora, una cosa que me gustaría destacar de la película es como traslada a la pantalla los personajes secundarios de Joan, Spacker Dave y Bumpo, los adorables vecinos de Punisher, y alivio comico por excelencia durante la etapa de Garth Ennis en Marvel Knights: Punisher. Eso, la pelea con el Ruso, que es todo lo cachonda, absurda y ridícula que debía ser, diga lo que diga la gente, asi como la fantasmada tan absurda como loable que es el personaje de Harry Heck, interpretado por el cantante de country Mark Collie, el cual se planta delante del Castigador y, ni corto ni perezoso, le canta una canción diciéndole que le va a matar antes de liarse a tiros con él. No todo tenía por que ser malo o mediocre.
Eso si, Thomas Jane es el actor perfecto para interpretar al Castigador. Fisicamente es clavado al Punisher de Gerry Conway, y como actor, bien es verdad que para otro tipo de papel seria un interprete nefasto, pero para encarnar al Castigador es perfecto, pues lo que necesita dicho personaje no es actor expresivo de método, sino un actor carapalo que ya solo con verle imponga, cosa que, al menos durante el tramo final de la peli, logra. Acompañandole tenemos a John Travolta en su mas baja decadencia encarnando al peor villano que ha tenido el Castigador tanto dentro como fuera del comic, un personaje patético al que las pocas ganas que le pone el señor Travolta con su interpretación no le ayuda lo mas minimo. Por el metraje se pasea también Laura Harring, que se hizo famosa por chuparle la boca y tocarle las tetas a una desnuda Naomi Watts en Mullholland Drive; Roy Scheider, antaño actor en la cima cuando interpreto al jefe Brody del Tiburon de Spielberg y que en los tiempos de Punisher se dedicaba a malvivir de las migas que le habían dejado actores con mejor fortuna que el; Rebecca Romjin, que se alzo interpretando a Mistica en la trilogía original de X-Men (todo queda en familia); Ben Foster, que un par de años después se colgaría las alas del Angel en X-Men: La decisión final (todo queda en familia de nuevo) y, aunque por breves instantes, Kevin Nash, antiguo luchador de la WWE reconvertido en esbirro cachas de tres al cuarto.
En cuanto al resto de detalles de la película, pues lo típico de una producción menor como es en el fondo esta adaptación del Castigador: dirección de telefilm, una banda sonora que no pega ni con cola con lo que se esta contando, un presupuesto mas o menos grande que se va prácticamente en balas, efectos especiales de tiros y explosiones y en la cocaína que consumio John Travolta durante el rodaje. Eso si, el diseño de los créditos iniciales, con esas heridas de bala supurando colores grises, blancos y negros es de un molon y noir que no se puede aguantar. Sublime.
En resumen. El tono equivocado, el actor protagonista ideal, secundarios en algunos casos desaprovechados y en otros bien plasmados, un tufo constante a telefilm, y sinceramente, una película bastante aburridilla hasta prácticamente su tramo final. Consigue aprobar con un cinco raspado, pero no es para nada lo que se merece un personaje tan memorable como el Castigador. Tengamos fe en que llegue el dia en el que Frank Castle reciba justicia y no solo castigo.





Título: Edmond
Director: Stuart Gordon
Año: 2005
Intérpretes: William H. Macy (Edmond), Joe Mantegna (Tío en el Bar), Denise Richards (Stripper), Bai Ling (Chica del Peep-Show), Julia Stiles (Glenna), Mena Suvari (Escort)
Calificación (sobre 10): 5

Sorpresas nos da la vida, la vida nos da sorpresas. He aquí la primera película en mucho tiempo que me deja completamente anonadado, pero no por lo buena o infecta que sea, sino porque no tengo muy claro todavía que cojones me ha querido contar la muy sucia cinta. Definir Edmond es algo complejo,quizá lo mas apropiado seria decir que es una especie de “videorreportaje ficticio” sobre lo que le pasa a un hombre, el susodicho Edmond, cuando decide salir a vagar por las calles más sordidas de una ciudad en plena noche tras haber dejado a su mujer.
La película comienza con una especie de declaración de intenciones de parte del propio Edmond, el cual esta hasta los cojones de su vida, se aburre, esta harto, y decide que es hora de salir a ver como es el mundo, todo aquello que se ha perdido durante su vida de casado. En un bar, se encuentra con Joe Mantegna, el cual suelta la perla mas memorable de toda la película, el hombre de vez en cuando necesita autodestruirse (…), necesita follar”. A partir de aquí, prácticamente la totalidad del metraje son situaciones en las que Edmond ronda de un prostíbulo a otro (moviéndose en un mundo que desconoce por completo y, por lo tanto, comportándose como un autentico caricato, siendo objeto de las burlas y engaños de todos) y enfrentándose a situaciones violentas y sordidas, curiosamente protagonizadas todas por negros ( se podría decir que la película tiene un poso racista que nunca llega a mostrar explícitamente pero que creo que resulta bastante evidente). Lo que comienza siendo una especie de discurso sobre como desperdiciamos nuestras vidas, el vivir dia a dia y todo eso, acaba convirtiéndose, conforme avanza la película en un batiburrillo de ideas inconexas, de manera que para cuando la misma ha terminado uno esta mas aturdido que otra cosa y, la verdad, no sabe muy bien que mensaje extraer del visionado. De todas formas, una vez he madurado todo lo que me ha mostrado la película,  me gusta pensar que todos deberíamos hacer como Edmond al menos una vez en la vida y salir por ahí simplemente “a ver que pasa”, eso si, sabiendo donde nos metemos y que todo lo que hagamos puede tener consecuencias, sean buenas o malas. Desde luego, apalancarse en la monotonía y la rutina es una puta mierda, lo diga yo, lo diga Edmond o lo diga quien sea.
La película, analizándola fríamente, es poco mas que una mierdecilla, y seguramente no llega a ser una porquería del todo porque dura apenas hora y veinte minutos; porque el director, Stuart Gordon, reconocido artesano del cine de terror, dota a la película de un aire sordido e inquietante en todo momento, muy de acuerdo con lo que nos esta contando la película, y sobre todo, por William H. Macy, que esta muy pero que muy bien interpretando al puto Edmond (que a estas alturas de la critica tiene el nombre mas gastado que el capullo de un quinceañero), poniendo unas caras de loco y unas miradas perdidas en la lejana profundidad del infinito que ya quisiera mas de un actor ganador de Oscar. Acompañando a William H. Macy tenemos al mencionado Joe Mantegna, y sobre todo, a una ingente cantidad de zorras de toda clase e índole, entre las que destacan Denise Richards (que enseñaba las tetas en Juegos Salvajes), Mena Suvari (que enseñaba las tetas y protagonizaba la famosa escena de los petalos de rosa en American Beauty), Bai Ling (una oriental que enseña las tetas en esta película) y una tal Julia Stiles, actriz que he conocido con esta cinta y de la cual ignoro en que estado se encontrará a dia de hoy (han pasado casi diez años desde que se rodo esta película), pero que , por lo menos aquí, es la cara mas bonita de todo el film.
En fin, que con sus mas y sus menos es una película atípica, de esas que definen por si solas su propio genero, pero ni por asomo podría decir que es una buena película. Se deja ver, y hasta puedes quedar satisfecho con las peripecias del buen Edmond a altas horas de la noche, pero nada mas. Como detalle final, después de ver la cinta, realizando mis investigaciones post visionado, he encontrado fuentes que aseguran que David Mamet, guionista y autor de la obra de teatro en la que se basa la película, escribió dicha obra de un tiron después de que su mujer le abandonara. La moraleja de la historia es que, probablemente, la inconexión de las ideas mostradas en la película es producto de una noche en la que el autor de la obra estaba completamente aturdido por culpa de sus problemas de pareja. Lo cual es algo maravilloso a todos luces. Una rara avis sin duda alguna. Ah, y el poster es una guapada de lo mas sordida por cierto.



Y ya está, no hay más. Ya sabéis lo que dice la gente. Si es breve, dos veces bueno, y si no os gusta, chupadme el capullo...dame la nota final, Ray.


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