miércoles, 8 de abril de 2015

VISIONADOS DE MARZO DE 2015: El mes que siguio al mes fantasma


¡¡¡SIIII!!! En Febrero me toqué los cojones de una manera espectacular pero aquí estamos de nuevo en la carretera. A partir de aquí, los visionados del mes. Vamos p'arriba:


Título: Distrito 9 (District 9)
Título en latinoamérica: Sector 9
Título en Serbia: Distrikt 9
Director: Neil Blomkamp
Año: 2009
Intérpretes: Sharlto Copley (Wikus van de Merwe), Jason Cope (Christopher Johnson), David James (Koobus), Vanessa Haywood (Tania van de Merwe), Luis Minnaar (Piet Smit), Eugene Kumbanyiwa (Obsesandjo)
Calificación (sobre 10) : 7,5

El primer contacto que tuve con esta película y con su director, Neil Blomkamp, tuvo lugar en el año 2013 en Santa Pola. Llevaba varios días bebiendo como un auténtico cosaco de la estepa junto a unos amigos (eran tiempos de vacaciones) y, en pleno resacón épico, acabamos topándonos con un videoclub de esos que, en sus últimos momentos de vida, liquidaba parte de su material. Aquel día, y porque prácticamente las regalaban, salí del local con tres, cómo decubriría más tarde, peliculones: Drive, Cisne Negro y esta Distrito 9. Poco había oído antes de la misma, y por lo que sabía podía no ser más que otra peli festivalera de estas que son aupadas y premiadas en su momento para luego caer en el más patético olvido. Una vez vista en su momento, y más ahora que la he revisionado, he decir que la cinta, sin llegar a ser una cosa maravillosa, me gusta y, al contrario que muchos, no pienso que haya reiventado nada dentro del género sci-fi, aunque si resulta original y, sobre todo, vistosa en ciertos aspectos que ahora comentaré.
Pero lo primero es lo primero. Distrito 9 nos cuenta cómo en un 1982 ficticio, una nave extraterrestre aparece en el cielo de Johannesburgo. Los alienígenas que las autoridades encuentran a bordo son enseguida separados de los humanos y encerrados en un ghetto dentro de la ciudad, donde comienzan a desarrollar su propia sociedad al margen de una humanidad que les desprecia. Saltamos entonces al presente, donde la MDU, una gran empresa encargada de manejar la situación con las criaturas, se prepara para realojar a estas a un nuevo “Distrito”, que no es ni más ni menos que un campo de concentración. En este contexto, el funcionario de la MDU Wikus van de Merwe entra en contacto, durante una operación en el Distrito 9, con un extraño potingue que disparará una mutación en su cuerpo, lo que provocará una serie de situaciones que le harán saber lo que se siente al estar “al otro lado de la valla”, literal y metafóricamente hablando.
Blomkamp utiliza a los alienígenas, como pone de manifiesto la sinopsis, para construir una metáfora exacerbada del apartheid surafricano, en la que no nos encontramos a blancos despreciando a negros, sino a un nivel más extremo, a una especie dominante, los seres humanos, repudiando con odio y violencia a unos alienígenas que, por azar del destino, han acabado varados en nuestro planeta teniendo que comerse este bonito marrón. La idea por lo general funciona bastante bien y Blomkamp intenta siempre llevarnos por “el lado correcto”, buscando la empatía del espectador para con los alienígenas, mostrando un crescendo en la crueldad de las interacciones entre estos y los humanos (empieza mostrándonos simples insultos xenófobos para acabar enseñándonos ejecuciones de aliens en plena calle y cómo los científicos de la MDU experimentan con estos, vivos o muertos). Que se le vaya la pinza luego mostrándonos cómo los extraterrestres consumen ávidos comida para gatos como si fuera pura droga o a mafiosos nigerianos que quieren comerse partes del cuerpo de los marcianos para adquirir “su poder” es otra cosa, pero lo que es la idea principal desarrollada durante la película, funciona bastante bien.
La película está rodada durante su primera media hora como si fuera una especie de reportaje para televisión, formato que abandona una vez transcurre este tiempo (aunque es recuperado en ciertos momentos puntuales de la cinta) , lo que es una auténtica pena, porque de no haber sido así tendríamos seguramente entre manos un mockumentary de lo más guapo en lugar de lo que es, una cinta con una introducción buenísima acompaña de un nudo y desenlace que, si bien no es malo, queda muy lejos de la calidad mostrada en esa primera media hora.
El casting está formado por un conjunto de actores desconocidos pero cumplidores en sus respectivos papeles encabezados por el único de todos ellos que salió de la experiencia con una carrera más o menos enfilada hacia algo más que el olvido, el protagonista Sharlto Copley, actor con un rostro de lo más desagradable que, si bien está más que correcto interpretando al pobre pringado de Wikus, pronto demostraría que le vienen mejor otros papeles más sucios,malrolleros y menos agradecidos que este.
Por último me gustaría mencionar por encima los efectos especiales, muy vistosos y espectaculares para tratarse del trabajo de un debutante (aunque quizá el nombre de Peter Jackson cómo el señor productor a.k.a “el que pone la pasta” tiene bastante que ver), en especial en lo referente al diseño de la nave nodriza (y eso que sólo la vemos de lejos), y sobre todo, al de los alienígenas, que dan muchísimo asco, lo cual hace que resulte más meritorio el lograr que sintamos empatía por ellos a lo largo de la cinta.
Al final, en Distrito 9 encontramos algo que, si bien no es el nuevo 2001: Odisea en el Espacio (Kubrick, hijo de puta), resulta muy majo, más aún para lo que nos puede ofrecer el género de ciencia ficción en los tiempos que corren. Notable.





Título: El Emperador y sus Locuras (Emperor's New Groove)
Título en latinoamérica: Las locuras del emperador
Título en Serbia: Carev novi fazon
Director: Mark Dindal
Año: 2000
Intérpretes: David Spade (Kuzco), John Goodman (Pacha), Eartha Kitt (Yzma), Patrick Warburton (Kronk)
Calificación (sobre 10) : 6

Año 2000. Disney afrontaba la aventura del nuevo siglo queriendo continuar con la estela de grandes títulos que había dejado en los últimos diez años ( La Bella y la Bestia, El Rey León, Tarzán, El Jorobado de Notre Dame…) y lo hacía estrenando no una, sino dos películas ese año, Dinosaurio (una cinta ninguneada en su momento y rodada completamente usando CGI) y El Emperador y sus locuras, una película de animación tradicional. A partir de aquí todo iría cuesta abajo y sin frenos, y le tomaría unos cuantos años a la compañía el tomar de nuevo el camino recto y arrebatarle el liderazgo a su competencia más seria en aquellos tiempos, Pixar (técnicamente hasta 2006, cuando el caballero Don Dinero hizo aparición en el escena y Walt Disney Studios se hizo con las llaves del reino de John Lasseter a golpe de talonario).
Pero hablemos de la película. La trama gira en torno a Kuzco, emperador inca y una persona despreciable y egoísta al que un día su consejera Yzma, buscando ganarse así el trono, convierte en llama. Descastado y abandonado en un cuerpo y un lugar que desconoce, Kuzco tendá que aliarse con Pacha, un campesino al que previamente quería joderle la puta vida derribando su aldea, para poder así rcuperar su antigua vida.
Si analizamos fríamente la película, la trama no da mucho de sí, los personajes son bastante planos y el guión es predecible de cabo a rabo, por lo que no dejaríamos de estar ante una mierdecilla. Sin embargo, en esa ocasión los guionistas consiguieron salvar el día, y las situaciones y gags de comedia ligera que plagan el film cumplen su objetivo de lograr un producto mínimamente entretenido. Si bien nunca llegas  la carcajada, los personajes de Yzma y Kronk y su relación villana-esbirro, unida a las continuas rupturas de la cuarta pared, provocan que estés los 80 minutos de metraje con una sonrisa en los labios. La animación es bastante fluida, aunque algo decadente si la comparamos con lo que nos había podido ofrecer Disney en la anterior década. En su versión original tenemos a David Spade poniéndole voz a Kuzco, a Eartha Kitt como Yzma, al gran John Goodman como Pacha y a Patrick Warburton (la voz de Joe Swanson de Padre de Familia) cómo Kronk. En el doblaje español , por otro lado, nos encontramos a Ángel Garó y a Pepe Mediavilla (la voz española de Morgan Freeman) haciéndose cargo de los papeles de Kuzco y Pacha respectivamente con resultados más que adecuados. Igualmente, la cinta presenta una banda sonora más olvidable que otra cosa y carece prácticamente de canciones con la excepción de un tema al inicio de la misma interpretado por el vozarrón del mismísimo Tom Jones en su versón original. Vamos, que entre unas cosas y otras, la película se deja ver perfectamente.
Y cómo esto se ha quedado corto,vamos con una pequeña ronda de curiosidades.  Esta pei originalmente iba a ser un proyecto más grande que iba a titularse Kingdom of the Sun, una superproducción que,en teoría, iba a basarse en el cuento de Mark Twain, El príncipe y el Mendigo. La historia iba a contar cómo Manco (el nombre original para el personaje de Kuzco, que sería modificado a posteriori porque, en palabras de Randy Fuller, productor de la película, se asemejaba mucho a, Omanco, palabra del argot japonés utilizada para designar al órgano femenino conocido como coño), el emperador, se encontraba con Pacha, un campesino cuyo aspecto físico era igual al suyo,que iba a ser intepretado por Owen Wilson con el cual intercambiaba los papeles.Yzma, por otro lado, iba a ser una bruja que pretendía utilizar al emperador para invocar a un dios oscuro, para lo cual transformaba al emperador en llama y obligaba a Pacha, ahora el “emperador de paja”, a ayudarle con su plan. A partir de aquí, Kuzco aprendería una valiosa lección y encontraría el amor en la persona de una joven pastora de llamas. La película iba a tratarse de una clásica comedia romántica musical, al más puro estilo Disney, que iba a contar con una banda sonora compuesta enteramente por Sting. Sin embargo, conforme se acercaba la fecha límite para la producción, más claro quedaba que el tiempo no era suficiente para tamaño proyecto, y las presiones por parte de las cabezas pensantes de Disney provocaron que el desarrollo de la peli se detuviera. Tras un cambio de director, el guión se volvió a escribir, se volvió a realizar un casting de voce y al pobre de Sting le mandaron a tomar por culo (a pesar de que para entonces ya había compuesto y grabado unos cuantos temas), de manera que, para cuando la película se terminó, esta era algo completamente distinto a lo que iba a ser en un principio. Paradojas del inmisericorde destino.





Título: Elysium
Título en Serbia: Elizijum
Director: Neil Blomkamp
Año: 2013
Intérpretes: Matt Damon (Max), Jodie Foster (Delacourt), Sharlto Copley (Kruger), Alice Braga (Frey), Wagner Moura (Spider)
Calificación (sobre 10) : 4


El segundo trabajo de Neil Blomkamp, de nuevo enmarcado dentro del sci-fi, pero esta vez contando con un casting más conocido y un presupuesto mayor. La película narra cómo en un futuro de mierda la Tierra esta hecha un asco, podrida por la contaminación y superpoblada hasta los topes.En este contexto, las clases más pudientes dela humanidad viven en Elysium, una estación espacial donde todo es maravilloso y la tecnología les impide envejecer y sufrir enfermedades, mientras que en la Tierra, los pobres curritos se tiene que joder y malvivir entre polvo y mugre. Max, es un ex=ladrón de coches que un buen día sufre un accidente de trabajo que le provoca envenenamiento por radiación, de manera que morirá a no ser que consiga llegar a Elysium y curarse usando las maquinas medicas de las que disponen allí. En su lucha por llevar a cabo este plan antes de palmarla, sin embargo, se verá metido de lleno en un juego de poderes por el control de la propia Elysium que le acarreará mas de un problema.

Si en Distrito 9, Blomkamp nos daba su particular visión sobre el Apartheid, aquí intenta hacer lo mismo utilizando la situación de Elysium y las diferencias sociales que esto causa como una metáfora sobre la inmigración y el clasismo que esto causa en la sociedad. Sin embargo, lo que funcionaba tan bien en su debut tras las cámaras aquí queda totalmente caricaturizado. Las ideas que Blomkamp intenta plasmar en la pantalla no quedan bien porque resultan demasiado forzadas y exageradas cómo para resultar creíbles. Dicho de otra manera, los habitantes de Elysium son tan despreciables para con los inmigrantes (les tirotean sin piedad, les exigen que ni siquiera les respiren encima,etc) que sólo falta que aparezca Robert de Niro pidiendo a la población que acaben con los parásitos. Igualmente, los intentos por introducir una relación amorosa entre los personajes de Frey y Max, de intentar hacer empatizar al espectador con un movimiento revolucionario, los cambios bruscos de los comportamientos de ciertos personajes y un final que no sólo es predecible sino que resuelve demasiado apresuradamente convierten al guión en una autentica catástrofe. De hecho, el propio trabajo como director de Blomkamp es bastante del montón, donde en Distrito 9 habia una perfecta simbiosis entre la cámara en mano, los planos aéreos y los primeros planos, aquí tenemos una dirección y un montaje confuso a más no poder, especialmente en las escenas de acción.
El casting por otro lado no podía ser mas decepcionante. Matt Damon es uno de esos actores a los que nunca nadie debió dar una sóla oportunidad, pues a día de hoy, todavía no soy capaz de recordar un solo papel en el que no me diera puto asco. Jodie Foster está muy vieja para esta clase de papeles y se le nota, que es sin duda lo peor que le puede pasar a una actriz veterana. La pobre Alice Braga no es más que un pobre maniquí sin personalidad rondando por los distintos decorados y exteriores de la cinta. El único que consigue salvarse de la quema es el asqueroso de Sharlto Copley,que interpreta de manera muy solvente al villano de turno, el mercenario Kruger, un personaje sucio y potente, que impone desde el primer momento que aparece en pantalla con esas gafas a lo Borderlands y cubierto con esa manta morroñosa. Sin duda, lo mejor de la película junto a los efectos especiales y el diseño de producción (una vez más, los responsables del mismo se lucen creando unos diseños para los robots y la tecnología, especialmente para el exoesqueleto que lleva el personaje d Matt Damon durante prácticamente toda la película, verdaderamente acojonantes).
El resultado de todo este conjunto de ideas mal plasmadas, actores mal escogidos y buenos efectos especiales es el de una pequeña cagarruta envuelta en un papel vistoso. Una segunda película muy mediocre. Para ver una vez y olvidar.




Título: Los Aristogatos (The Aristocats)
Título en Serbia: Mačke iz visokog društva
Director: Wolfgang Reitherman
Año: 1970
Intérpretes: Phil Harris (Thomas O'Malley), Eva Gabor (Duquesa), Scatman Crothers (Scat-Cat), Roddy Maud-Roxby (Edgar)
Calificación (sobre 10) : 5

Ay, que maravilla la etapa errática de Disney. Así es como me gusta denominar a esa etapa de la compañía que transcurre entre los años 60 y los 90, el puente entre dos etapas doradas, la inicial, y la resurrección ya en los 90, donde volvieron a estar en la cresta de la ola, antes de volver a caer para, al parecer, comenzar a alzarse de nuevo en la actualidad. Una auténtica montaña rusa de trayectoria. Pero es la etapa errática la que yo creo que es más fascinante, porque fue el momento en que, igual que parieron grandes películas, clásicos prácticamente intocables, también trajeron al mundo truños como puños. Y entre todas las opciones disponibles, hoy me he decidido a escoger Los Aristogatos cómo objetivo de mi inclemente prosa.
La historia todo el mundo la sabe. Una vieja ricachona decide dejar en herencia todas sus riquezas a sus queridas mascotas gatunas, lo que provoca que el mayordomo de la anciana los rapte y abandone en plena campiña francesa, donde los felinos deberán poner su confianza en Thomas O`Malley , un gato callejero, para poder volver sanos y salvos a la ciudad.
La película era cómo una brillante joya en mi más tierna infancia. A día de hoy y después de revisionarla me ha parecido una peli floja a más no poder. Aparte de que el argumento de la cinta es simplón a más no poder, prácticamente de lo que hoy en día se consideraría una road movie (Personaje/s tienen que ir de punto A a punto B y les pasan cosas por el camino), las relaciones entre los personajes surgen de la nada y se desarrollan de la manera más insólita (por ejemplo, O'Malley comienza la peli siendo un bohemio que no quiere otra cosa que copularse a Duquesa para, sin que el espectador sepa cómo, transmutarse en un hombre recto que sólo quiere una esposa y una familia y dejar la vida loca de lado), el espectador adulto acaba empatizando con el villano antes que con los protagonistas (si la loca del coño de mi jefa, a la que he estado cuidando toda mi vida, no sólo me dejara de lado en su testamento, sino que encima dejara por escrito que tendría que dedicarme tras su muerte a cuidar de sus asquerosos gatos, beneficiarios de su herencia, también me dedicaría a arrojar mascotas drogadas por el borde un puente) , y los mejores personajes no son explotados lo más mínimo ( y me estoy refiriendo por supuesto a Scat-Cat, o Gato-Jazz cómo prefiráis llamarlo, y su Big Band de gatos arrabaleros), mientras que minutos de metraje, que no son más que puro relleno, son concedidos a personajes que, no sólo nos interesan una mierda, sino que no aportan nada a la trama de por sí ( Roquefort el ratón, los perros Napoleón y Lafayette, y otros tantos más).  Aun así, la peli consigue llamar mi atención en ciertos momentos, véase la cara y la actitud de O'Malley en plan “los críos me han jodido el polvo” cuando estos se encuentran por primera vez, o los personajes de las gemelas gansas que piensan que Thomas es poco menos que Satanás (un golpe más a la rectitud y a la caspa británica), el puto borracho del Tío Waldo o todas y cada una de las apariciones de la banda de Scat-Cat, que ya sólo por ser un festival de estereotipos de todas las culturas mundiales llama la atención. En el doblaje original tenemos a la hermana de Zsa Zsa Gabor, Eva Gabor cómo Duquesa, a Phil Harris (que había puesto voz a Baloo en El Libro de la Selva y se la pondría a Little John años más tarde en Robin Hood) como Thomas O'Malley y a Scatman Crothers (el Dick Halloran de El Resplandor de Stanley Kubrick) doblando a Scat-Cat, entre muchos otros más menos dignos de mención.
Ahora pongámonos serios, si hay algo que verdaderamente hay que preservar para la posteridad de esta cinta es la banda sonora. De la parte instrumental se encargó George Bruns y de la composición de las canciones los incombustibles Sherman Brothers. La música del film es un festival de Jazz en su más pura esencia, incluso fuera de las canciones, la partitura rara vez abandona la tonalidad clásica del jazz y el ritmo “swing” de la batería y los bajos, y en los momentos en los que lo hace resulta igualmente brutal (muy “fan” soy de la locura que sufre la percusión en el tema Two Dogs and a Cycle, la música que suena en la escena de la persecución de Edgar y los perros). En cuánto a las canciones tenemos un poco de todo, canciones malas (gracias a Dios, sólo el perforatímpanos que es Escalas y Arpegios), canciones normalillas (cómo el tema introductorio que abre la película, una melodía muy francesa para la cual rescataron a Maurice Chevalier, famoso cantante galo, para intepretarla, el cual palmaría pocos años después de que la peli se realizara) y auténticos temazos ( me estoy refiriendo por supuesto a la inmortal Everybody Wants to Be a Cat, pieza que debería ser intepretada obligatoriamente por Big-Bands de todo el mundo hasta que llegue el día del Armaggeddon). 
Para terminar la reseña, que menos que añadir una pequeña ronda de curiosidades. Para empezar, este fue el último film a que el bueno de Walt Disney dio luz verde antes de que pasara a ser pasto de los gusanos, y por lo tanto, no tocó ni uno solo de los aspectos de la producción (quien sabe como habría sido el resultado de no haber sido así las circunstancias). Entre las distintas referencias a la cultura francesa tenemos el nombre de los cachorritos felinos Toulousse (por el pintor Tolousse-Lautrec) y Berlioz (por el compositor Hector Berlioz), y el de los perros Napoleon (obvia referencia) y Lafayette (otro reconocido estratega militar francés). Finalmente recalcar que el papel de Scat-Cat iba a ser originalmente interpretado por el célebre trompetista de jazz Louis Amstrong ( de hecho, el propio diseño del personaje esta inspirado en parte en la figura del músico), pero el pobre se puso enfermito en el momento de rodaje y tuvo que ser sustituido por el ya mencionado Scatman Crothers.
En fin. Al final Thomas O'Malley acaba aburguesado y retirado de la buena vida, Edgar es encerrado en un baul y enviado a Timbuctu por mensajeria en un viaje en el que seguro que moriría asfixiado y todos los personajes acaban contentos menos mi niño interior, que ve destruido uno de los mitos de su infancia. Pasara mucho tiempo antes de que decida volver a echarle un vistazo.






Título: Chappie
Título en Serbia: Čepi: Robot koji je promenio svet
Director: Neil Blomkamp
Año: 2015
Intérpretes: Sharlto Copley (Chappie), Dev Patel (Deon Wilson), Hugh Jackman (Vincent Moore), Sigourney Weaver (Michelle Bradley), Ninja (Ninja), Yo-Landi Visser (Yolandi)
Calificación (sobre 10) : 6,5


Abracadabra y de la manga me sale el último trabajo recién estrenado hace nada, del director surafricano Neil Blomkamp. Trabajo por el cual se ha llevado mas palos que una estera por parte sobre todo de ese sector critico que parece haberse olvidado de que el cine muchas veces esta para ofrecernos únicamente puro entretenimiento y no tiene porque meternos siempre un mensaje en la cabeza ni ofrecernos algo que nos haga reflexionar todo el camino de vuelta a casa. Pero antes de recurrir al ataque más vil y miserable hacia aquellos que no están aquí para defenderse vamos a resumir un poco la trama de la película.  En un futuro indeterminado, Johannesburgo (como no) es pionera en el uso de una policía robotizada que remplaza a los polis humanos en las calles. Sin embargo, el creador de estos robots, Deon, está obsesionado con dar el siguiente paso lógico en la robótica y dotar a las máquinas de inteligencia artificial, algo a lo que sus superiores se niegan rotundamente. Desobedeciendo sus órdenes, decide actuar por su cuenta implantar, con éxito, un programa de I.A. en un robot. El conflicto estallará cuando unos pandilleros deciden raptar al creador y a su creación con el fin de utilizar al robot para dar un golpe criminal a gran escala que les permita solucionar un problema en forma de deuda millonaria a un mafioso local que tienen entre manos.
Bien, vayamos punto por punto. La trama de la película, a pesar de tener un concepto cojonudo cómo es el que un robot con sentimientos y emociones sea criado por unos criminales y conducido por el mal camino, acaba siendo la misma historia sobre el robot que “quiere ser un ser humano de verdad” (como si de Pinocho se tratara) que hemos visto una y mil veces. Esto no es ningún problema, pues a pesar de ser una historia más vista que el tebeo está bien contada y resulta ágil y entretenida (y por primera vez en la carrera de Neil Blomkamp no intenta ser una crítica a alguna mierda social). Igualmente, los distintos personajes están bien configurados, tanto el científico, cómo los pandilleros (a los que enseguida les dedicaré un pequeño inciso), el personaje de Hugh Jackman (muy normalillo para lo que puede dar de sí) o el de Sigourney Weaver (muy vieja, por cierto), a pesar de que este último no deja de ser un mero cameo. Pero todos ellos se quedan pequeños, minúsculos, al lado del robot Chappie, auténtico protagonista de la película (CÓMO DEBE SER), perfectamente integrado con el resto de personajes y doblado en su versión original por el actor fetiche de Blomkamp, el guarro de Sharlto Copley. Por otro lado, el propio Blomkamp, que en Distrito 9 probó ser un director mañoso, y en Elysium un auténtico patán, realiza aquí un trabajo a medio camino entre ambas cintas, ejecutando una dirección más cercana al estilo de Elysium, pero bastante más fluida y profesional, sobre todo en las escenas de acción, que en dicha basurilla (a pesar de que al principio nos intenta engañar metiéndonos una secuencia introductoria igualita al comienzo de Distrito 9, haciéndonos pensar por escasos minutos que nos íbamos a encontrar de nuevo ante otro intento de mockumentary). Sin embargo, el punto más fuerte de la película, al igual que en sus anteriores trabajos, es la estética, los efectos especiales (cojonudos, como de costumbre) y el diseño de los robots, los cuales aparecen representados en varios modelos, el robot policía, estilizado cómo si de un producto de cadena de montaje se tratara, cosa que de hecho es; el propio Chappie, que cómo si de una versión algo “cogida por los pelos” de Frankenstein acaba conformado por pedazos de distintos robots policía, y  “El Buey”, el clásico “robot del malo”, digno heredero de aquel mostrenco mecanizado de Robocop que se caía por las escaleras.
Y ahora, para terminar (podría comentar la banda sonora cómo es costumbre, pero la parte instrumental de la misma corre a cargo de Hans Zimmer, personaje que a día de hoy lleva unos cinco o seis años haciendo prácticamente el mismo trabajo para todas las bandas sonoras que compone), voy a comentar un pequeño detalle. A la película se le ha acusado de ser una especie de maniobra comercial para promocionar al grupo de rap surafricano Die Antwoord, cuyos componentes aparecen en la película en forma de papeles protagonistas interpretando a los pandilleros que secuestran a Chappie y su creador, personajes que para mas inri se refieren a sí mismos con el mismo nombre artístico que utilizan los susodichos raperos. Se ha llegado a decir que, en todo momento, la única intención de Blomkamp es lograr que estos músicos ,cuya calidad no voy a entrar a criticar,  sean el auténtico epicentro de la película y que todo gire a su alrededor (cosa que es mentira, pues no dejan de ser dos actores, muy malos por cierto porque no son auténticos actores, y muy feos interpretando su papel y nada más). Bien, pues he de decir que, para empezar, yo no conocía a estos Die Antwoord antes de ver la película, y que una vez vista y una vez he investigado quienes son esta gente, he de decir que en ningún momento todas las referencias al grupo y sus canciones (que aparecen en forma de camisetas que llevan los personajes, mensajes en graffitis, en los tatuajes con aerosol con los decoran el cuerpo metálico de Chappie, etc) me distrajeron de lo que estaba ocurriendo en la peli, cosa que habría ocurrido de haber sido esto un gigantesco spot sobre ellos cómo algunos dicen. Por tanto, he de decir que la gente que afirma esto no son más que vulgares haters de tres al cuarto ( una plaga que cada día se esta extendiendo más por el público general) incapaces de disfrutar de un producto palomitero cómo es este y que únicamente intentan buscarle los tres pies al gato con el único fin de desprestigiar el trabajo de Blomkamp, un señor que por otro lado, bastante tiene con haber remontado después de su último film.
Dicho esto termino diciendo que Chappie es mejor que Elysium, peor que Distrito 9 (no creo que Blomkamp nos vuelva a deleitar con otro Distrito 9 nunca, jamás volverá a estar a esa altura) y que bien merece un visionado pues resulta más que disfrutable. A día de hoy, gente en todas partes del mundo se está cagando en los muertos surafricanos del señor Blomkamp porque se va a hacer cargo del proyecto de Alien 5. Yo digo que ya podrían esperar antes de defecar encima de nadie, pues nunca  se sabe cuando alguien a quién se tiene como mediocre puede hacer algo cojonudo. Y Blomkamp, desde luego, es alguien que creo que puede darnos esa sorpresa. Hay que tener fe a veces.




              
Título: Puro Vicio (Inherent Vice)
Título en latinoamérica: Vicio Propio
Director: Paul Thomas Anderson
Año: 2014
Intérpretes: Joaquin Phoenix (Doc Sportello), Josh Brolin (Bigfoot), Katherine Waterston (Shasta Fay), Benicio Del Toro (Sauncho Smilax), Owen Wilson (Coy Harlingen), Martin Short (Rudy Bladnoyt), Michael Kenneth Williams (Tariq Khallil), Eric Roberts (Michael Wolfmann)
Calificación (sobre 10) : 3   
                                           
La virgen, es verdad eso que dicen que no hay ni un solo director de cine con una carrera impecable. Llamate Kubrick, Spielberg, Hitchcock o Wells, que aún así no tendrás tu carrera completa si no has parido uno o más bodrios infumables…y por supuesto Paul Thomas Anderson no podía seguir adelante con su carrera sin haberse unido antes a este club. Ya con The Master daba claras muestras de estar bastante lejos de Pozos de Ambición o Boogie Nights, sus obras más míticas, pero ni en más insana enajenación mental se me podía haber ocurrido que podía realizar algo tan nefasto como Puro Vicio. El mero hecho de intentar sintetizar una sinopsis ya me cuesta trabajo porque sinceramente de poco me enteré durante su visionado por razones que comentaré enseguida. Basta con decir que se trata de una peculiar historia de detectives en la que el señor Doc Sportello investiga, a petición de su ex-novia, la desaparición de un importante empresario inmobiliario. A partir de aquí se suceden toda una serie de embrollos que complican la situación y en los que participaran mil y un personajes, pero todo está tan mal contado que para cuando se ha resuelto el misterio ni este te queda claro ni tienes ningún interés en entenderlo. El guión es un completo fracaso que no se merece otra cosa que el ser quemado y reducido a putas cenizas , ya que si bien puede resultar atractivo por algunos monólogos y coñas bien construidos, fracasa en el principal objetivo que debe tener un guión de cine, el contar una historia de manera clara y concisa. Dicho esto, cabe resaltar que en la última edición de los premios Óscar el susodicho guión fue nominado al premio de mejor guión adaptado, o dicho de otra forma, apaga y vámonos. Quizá una de esas ocasiones en la que alguien debería haberle dado un toque (o más bien un codazo en las costillas) al autor de turno.
Y es una pena porque la peli sin duda tiene un repartazo bastante atractivo que, por lo general, cumple de sobra con lo exigido, lo cual no hace sino multiplicar por cien los efectos de tener un guión desastroso.  Joaquin Phoenix deslumbra con un papelón absolutamente esperpéntico en el que se droga todo lo que puede (lo que siempre es divertido) y sobreactúa deliciosamente, demostrando una vez más que es uno de los mejores actores que podemos encontrar en el panorama cinematográfico actual. Acompañando a Phoenix tenemos a un Josh Brolin  muy bueno también y que además protagoniza la más memorable escena del film (una de tal calibre que me hizo carcajear a viva voz de lo ridícula que resultaba), un Benicio del Toro que no sabe muy bien que pinta en la trama (por culpa del apestoso guión), una Reese Whiterspoon ala que le ocurre esto mismo, un Owen Wilson cuya interpretación merece una sentencia de pena capital y una Katherine Waterston que da más pena que otra cosa. Acompañando a los personajes principales además, tenemos una auténtica horda de cameos de los cuales merece la pena destacar a Martin Short,  sobreactuando y esnifando; a Michael Kenneth Williams, el Chalky White de la serie de TV Boardwalk Empire; y a Eric Roberts, actor de capa caidísima (tan caída que ya se mueve como pez en el agua en el circuito de cine en el que The Asylum, el canal Sci-FI y Tomcat Films gobiernan) cuya presencia es, sin lugar a dudas, lo más sorprendente del film.
Finalmente, y antes de dar carpetazo a este truño, merece la pena detenernos brevemento en el auteur, Paul Thomas Anderson. ¿Dónde está en esta cinta? Si, tenemos una cuidada fotografía de colores chillones, una iluminación que se adapta como si fuera una segunda piel a los cambios de tono de la “trama”, pero, ¿Dónde están esos planos secuencia que quitaban el hipo y demás marcas de la casa del director? Si no fuera porque el envoltorio que acompaña a la cinta es claramente similar a sus anteriores trabajos uno podría llegar a pensar que esto ha sido una especie de encargo o que la productora le ha forzado bajo amenaza a dirigir una nueva película ya en lugar de dejarle esperar los cinco años que se tiró sin hacer nada entre Pozos de Ambición y The Master.
Vamos, que resumiendo en pocas palabras, es una película con un guión catastrófico que echa por tierra todo el trabajo de los actores y el diseño de producción. La gran puta mierda de Paul Thomas Anderson, al que ya podemos tachar de la lista de posibles “directores perfectos” de la historia del cine. 



¿Contentos? Si no, que os follen. Si es que sí, hasta el mes que viene. Ale.



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